Dedico
esta página a Andrés Raya Saro (Fernán Núñez, Córdoba, 1943). Su pasión por el
flamenco le llevó a fundar en 1970, una peña flamenca en el Colegio Mayor San
Juan Evangelista de Madrid, donde dieron recitales las mayores figuras de aquel
momento, siendo pionero en introducir el flamenco en la universidad. Fundó en
1974 en Madrid, junto a José Luis Ortiz Nuevo (Archidona, Málaga, 1948), la
editorial flamenca “Ediciones Demófilo”, donde se han publicado más de una
treintena de libros sobre el tema. Catedrático de matemáticas en la Escuela de
Magisterio de la Universidad de Córdoba, es un investigador y difusor de
nuestro legado flamenco, en distintos medios de comunicación, tanto como
ensayista, como bloguero.
LOS
POEMAS DE MIGUEL HERNANDEZ
EN EL CANTE FLAMENCO:
Coincidiendo con la aparición el pasado
año de la edición de una caja con seis CD de Enrique Morente llamada “…y al
volver la vista atrás. Sus primeras grabaciones en EMI / Hispavox (1966-1971).
Restauradas y remasterizadas” (Warner Music, 2015), donde se editan los cinco
primeros discos de Morente (entre ellos, el que Morente le dedicó a los poemas
de Miguel Hernández), más un CD llamado “Grabaciones restauradas y rarezas”,
donde aparece el tema “Aceituneros”, tema censurado en España cuando salió el
disco, vamos a analizar en esta página los usos que se han hecho de los poemas
de Miguel HernándezGilabert (Orihuela, Alicante, 1910 - Alicante, 1942) en las
letras del cante flamenco, recogidos en grabaciones fonográficas. Comenzaremos
hoy por la década de los 70 (1970-1979).
Utilizaremos
para este estudio, la edición de la “Obra poética completa” (Madrid: Alianza,
1982), edición a cargo de Leopoldo de Luis (Leopoldo Urrutia de Luis: Córdoba,
1918 - Madrid, 2005) y Jorge Urrutia (Madrid, 1945).
AÑOS
70
1969-EL PRIMERO, MORENTE:
Desde mediados de los años 60, ya se
estaban utilizando los poemas de Miguel Hernández para ponerles música, hacer
canciones con ellos y grabarlos en discos. Desde que Paco Ibáñez editara en
España los discos que grabó en Francia, algunos jóvenes estudiantes ya grabaron
en la editora EDUMSA canciones basadas en sus poemas. Pero fue en los 70,
cuando el mundo del flamenco se interesó también por estos poemas, al ver en
ellos ese espíritu contestatario que estaban buscando los cantaores que se
identificaron con otra manera de transmitir su arte, basado en un contenido más
social en las letras que grababan.
Seguramente
fue el cantaor Enrique Morente Cotelo (Granada, 1942 - Madrid, 2010), el
primero en darse cuenta de que los versos del poeta podían muy bien adaptarse a
los distintos palos del flamenco y transmitir con ellos lo que muchos jóvenes,
y no tan jóvenes, deseaban escuchar en ese espacio de libertad que suele ser la
música. En una entrevista concedida en 2008 a la periodista Ángeles Cáceres,
comentó:
“Estando yo en un tablao de Madrid [formaba parte del elenco de
artistas del Zambra], me eché amigos universitarios del Colegio Mayor San Juan
Evangelista, y lo primero que me dieron los puñeteros fue un libro de Miguel. Lo
conocí [a Miguel Hernandez], a través de ellos y tomé conciencia política”.
Esto ocurría en noviembre
de 1969. Tenía Morente veintisiete años, y los “amigos universitarios” eran
Andrés Raya Saro, José Luis Ortiz Nuevo,Antonio
Villarejo Perujo y Francisco Gutiérrez Carbajo,(véase la página: “Morente leyendo a Hernández”, del
blog “Flamenco en mi memoria” de 5 de junio de 2012):
Siguiendo a Andrés Raya, en diciembre de
1969 “…El niño yuntero sonó en el Colegio Mayor San Juan Evangelista. Fue la
primera vez que allí sonó una voz flamenca en directo y la primera que lo
hicieron por flamenco y para toda España los textos del poeta alicantino”.
Al año siguiente, en la última semana de
enero o la primera de febrero en 1970: “varias colegialas del Colegio Mayor
Isabel de España querían organizar un acto flamenco, recurrieron a nosotros y
les dijimos que podíamos llevar a Enrique Morente y que, de paso, éste podría
cantarnos cosas del poeta de Orihuela. Así se montó un recital en el cual el
cantaor de Granada estaría acompañado a la guitarra por el hijo del cantaor
Antonio Piñana”. Allí cantó “Sentado sobre los muertos” (romance); “El niño
yuntero” (malagueñas); “Nanas de la cebolla” (nanas) y “Aceituneros”
(peteneras).
“Hubo
más cosas del poeta alicantino. En medio de unos cantes por alegrías, apareció
esta estrofa [versos 105-108 del poema “Llamo a la juventud” del libro “Viento
del pueblo” (1937)], que no mantuvo Morente en su repertorio posterior (pág. 339
O.P.C.):
La juventud siempre empuja,
la juventud siempre vence,
y la salvación de España
de su juventud depende.
(Andrés Raya: “Morente y Hernández en la
Universidad”, 1 de mayo de 2013).
El recital fue presentado por Andrés Raya
Saro, ante un salón de actos repleto de estudiantes. Entre otras cosas dijo:
“En
esta línea se nos presenta Enrique Morente. Al mismo tiempo que cultiva las
formas musicales más puras del flamenco, intenta ampliar su temática dando
cabida en la misma a problemas actuales. Así, ha cantado al campesino andaluz,
al emigrante, etc. En esta búsqueda de nuevos temas, ha tropezado recientemente
con los textos de un poeta que, si bien no es andaluz, se adecua por su carácter
de poeta populista al carácter del cante. Nos referimos a Miguel Hernández. En
este recital Enrique Morente estrenará algunas letras del mismo. La validez o
no validez de este intento, es algo que dejo a vuestro juicio”.
Este recital en homenaje a Miguel
Hernández lo repitió en su ciudad natal, en mayo de 1970, en el Aula Magna de
la Facultad de Medicina de Granada. El crítico flamenco Francisco Almazán Marcos (Madrid 1936 - 2004), en una crónica
aparecida en el número 417 de la revista Triunfo del 30 de mayo de 1970 (p. 53),
comenta:
“Es
esta una experiencia, a la hora de renovación del flamenco, que muchos podrían
calificar como peligrosa o audaz, si los resultados conseguidos y la aprobación
del público del Aula Magna, compuesto por viejos aficionados y universitarios,
no hubieran demostrado que la cosa no era tan problemática, y que, por el
contrario, el contenido de esos poemas encaja perfectamente con el carácter
popular del flamenco, no por otra cosa seguramente que por haber nacido de las
mismas sufridas circunstancias, despojado ya Hernández, del ropaje neogongorino.
El resto de la sesión fue dedicado a un sabrosísimo coloquio que mantuvimos con
los aficionados granadinos sobre los problemas de la renovación del cante”.
1970-JUAN TORRES:
Pero la primera grabación que hemos podido
localizar, se trata de un disco single de diciembre de 1970, del cantaor Juan
Torres, cantaor de Jerez de la Frontera (Cádiz) afincado en Barcelona, que muy
pronto sería conocido por el apodo de “El ciclón de Jerez”. El disco se titula
“Villancicos de la Casa de Andalucía en Barcelona”, y en él participan la
“Escolanía Padres Jesuitas de Barcelona” y el guitarrista Remolino hijo (José
Luis Cortés Camacho). Es un single de dos temas (villancicos flamencos), en
donde se utilizan estrofas sueltas de poemas de García Lorca, Lope de Vega,
Miguel Hernández y temas populares. De este poeta se utiliza en el corte B,
llamado “Peteneras”, en la segunda parte, los versos 1-4 del poema “El niño
yuntero” (primera estrofa del poema):
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello;
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Y en la cuarta parte de las peteneras, los
versos 53-56 (estrofa 14), de este mismo poema del libro “Viento del pueblo”
(1937). Págs. 330-331 O.P.C.:
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
En la trasera de la carpeta podemos leer
el siguiente texto:
La
navidad representa una conmemoración que no se agota en la idílica estampa de
costumbre. Cierto sin duda que el júbilo figura entre sus notas fundamentales,
pero no se olvide como ya Lope de Vega señaló, que, una mañana no lejana,
serían fiel “Las flores del pesebre”. De esto ha sabido siempre mucho el pueblo
andaluz, a la vez alegre y profundo, sutil y auténtico. Creemos, por tal
motivo, que a un tiempo se corresponde con la evocación navideña la música de
aquel moreno gitano, garboso y vibrante que García Lorca hizo tan popular.
También por igual razón, se ha incorporado el grito de la petenera, con toda su
“oscura raza”, en compañía de unas voces infantiles que cantan a coro la música
de otra petenera más suave, a punto casi de olvidarse por completo. Para el
texto literario, hemos acudido a poetas españoles de indudable jerarquía, como
son Lope de Vega, Miguel Hernández, García Lorca y el romancero anónimo.
Nuestro mayor deseo es que, a través de la voz de JUAN TORRES, suenen estos dos
villancicos como un mensaje de hermandad auténtica en Andalucía, en Cataluña,
en España toda y en el mundo todo, si ello fuera posible.
1971-ENRIQUE
MORENTE:
Siguiendo
de nuevo a Andrés Raya (“Homenaje flamenco a Miguel Hernández”: 3 de mayo de
2013): “El cantaor propuso a su casa discográfica (Hispavox) la posibilidad de
grabar un disco en el que se incluyeran cantes con letras de Miguel Hernández.
Hispavox, cuyo portavoz para temas flamencos era el querido amigo Blas Vega,
acepta y, ya en 1971, aparece en el mercado un L.P. de Morente cuyo título es
“Homenaje flamenco a Miguel Hernández”. El disco fue grabado entre finales de 1969 y principios de 1970.
La compañía discográfica Hispavox pasa por
la censura en el mes de marzo de 1971, los cuatro temas con poemas de Miguel Hernández
que van a componer el disco (Sentado sobre los muertos, El niño yuntero, Nanas
de la cebolla y Aceituneros) y las calificas a todas, menos a “Nanas de la
cebolla” como autorizadas, pero “no radiables” (ver: Relación nº 63 de Textos gramofónicos
calificados como “no radiables” por la Dirección General de Radiodifusión y
Televisión de 31 de marzo de 1971).
Seguramente
fueron estas razones por las que la casa discográfica, aunque el disco se graba
en España en aquel verano, se edita primeramente en México en septiembre de
1971. Para el diseño de la carpeta se contrata los servicios del fotógrafo
Ontañón (Francisco Ontañón Núñez: Barcelona, 1930 - Madrid, 2008), que le hace
al artista una serie de fotos de estudio en diferentes posturas.
El director, productor y actor de cine y
teatro mexicano Juan Ibáñez (Juan Ignacio Ibáñez Díez-Gutiérrez: Guanajuato,
México, 1938 - México, D.F., 2000), que había escrito la presentación del disco
mexicano, a petición de Gamma (Hixpavox México), visita a Morente, junto con
algunas personas que habían convivido en la cárcel con Miguel Hernández
(seguramente estaría Buero Vallejo), en el tablao Zambra de Madrid, donde
trabajaba, y le propone una gira de cuarenta días por México para promocionar
el disco. El 6 de septiembre de 1971, salen Morente
y los hermanos Parrilla(el
guitarrista Parrilla de Jerez y la bailaora Ana Parrilla) hacia México, para cumplir un contrato de tres meses y
medio. Los hermanos regresan a España el 20 de diciembre. Morente se queda a
pasar las Navidades, pero no regresó hasta mayo de 1972 (8 meses) pues, como el
mismo Morente reconoció “…con él [disco] me signifiqué, pero en la vida hay que
tomar partido” (Ver: Alain Derbez: La jornada semanal, 6 de febrero de 2011).
EDICIÓN
MEXICANA:
El
disco mexicano contenía cuatro poemas musicados de Miguel Hernández (mas tres
temas con letras populares).
En la cara A1 “Sentado sobre los muertos”
(Romance), acompañado en la guitarra por Parrilla de Jerez (Manuel Fernández
Molina: Jerez de la Frontera, Cádiz, 1945 - 2009). Utiliza los versos: 7-10,
19-28, 39-46, 49-52 y 73-76 de este extenso poema del mismo título, de 76
versos, del libro “Viento del pueblo” (1937). Págs. 326-327 O. P. C.
SENTADO SOBE LOS MUERTOS
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.
Aunque te faltan las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
…
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
Y un solo trago es la muerte.
En el corte A2, “El niño yuntero”
(Malagueñas). Le acompaña en la guitarra: “Perico el del Lunar (hijo)” (Pedro
del Valle Castro: Madrid, 1940). Utiliza las estrofas 1ª, 14ª y 15ª (versos 1-4
y 53-60) de este poema del mismo título, también del libro “Viento del pueblo”,
págs. 330-331 O. P. C.
EL NIÑO YUNTERO
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
En el corte A3, “Nanas de la cebolla”
(nanas), acompañado a la guitarra por “Perico el del lunar”. Utiliza las
estrofas 1ª, 2ª, 3ª, 5ª y partes de la 8ª y 12ª (versos: 1-21, 29-35, 50-53 y
82-84 de este poema de 84 versos, aparecido en el libro “Cancionero y romancero
de ausencias” (1938-1941). Págs. 497-501 O. P. C.
NANAS DE LA CEBOLLA
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
Escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
…
…
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Y en la cara B1, el tema “Aceituneros”
(peteneras), con la guitarra de “Perico el del lunar”. Utiliza las estrofas 1ª,
6ª y 7ª (versos 1-4 y 21-28) de este poema de igual título, de 48 versos, del
libro “Viento del pueblo”, págs. 346-348 O. P. C.
ACEITUNEROS
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
quién levantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Como hemos indicado, la carpeta del disco
llevaba en su trasera, un texto del productor mexicano Juan Ignacio Ibáñez
Díez-Gutiérrez que decía lo siguiente:
No creo que el cante sea un canto aparte.
Me gusta el arte de Morente porque es arte, no porque es “cante”.
El cante nació del cante; hijo de sí
mismo, no tiene principio porque es infinito. No tiene ley porque nace de la
contradicción. Vino de todas partes y lo trajeron todos. España lo parió y no
lo hizo. Hijo de gitano, de árabe, de celta, de romano, de judío, de godo, de
cristiano (¿converso?). Hijo de todos, el cante engendra el cante. La mano de
La Macarrona se seduce a sí misma y se vuelve paloma; golpe de caballo y toro,
pie de Carmen La Amaya; Picasso toro caballo sol hombre toro paloma mano bufón
madre toro minotauro amante cante, cante de Maicena, de Lobitos, de el de La
Matrona, de todos los de ahora, los de antes, de los que vendrán; juego de
Altamira. Los animales juegan con el ojo, el pie, la lengua, la mano del
artista. Toro, lamento de hombre, de brujo o perro, cante de Goya. ¿A quién no
ensordece el tiempo del perro enterrado en la arena? El sonido entra por un
ojo, la mancha no sustituye al ruido; es música. El ojo de Velázquez es más que
el ojo. El cante no es un arte “aparte”. No hay artes “aparte”. El arte y la
ciencia eran (son) una misma cosa; como España, corno realidad, como
Españamérica, no ha terminado de formarse. El cante, queja alegre de la
búsqueda no del encuentro, es arte. El cante no puede ser víctima de eruditos
(hijos de la razón que no de la verdad). Clásico del exceso, barroco del
equilibrio... milagro de Góngora, desengaño generoso de Cervantes, padre (o
hijo) de un cuchillo de Quevedo, dulce melancolía de Baltasar Gracián. Todo es
cante. Todo. Miguel Hernández nos cantó a todos, y todos por la espada-lengua
de Morente le cantamos a Miguel (si, asesino es el que olvida... Miguel...
Miguel). Miguel Hernández, el de la triste indiferencia, sabio mago de nuestra
tristeza, de nuestro miedo, de nuestra muerte que siempre es de todos... o de
nadie, como Dios, como el cante; como las blasfemias (o las dudas) de Buñuel o
de Valle. Siempre de todos, como todo. Como el arte. Como el tiempo. Como el
origen.
Morente canta el cante. Morente no mata el
cante. Lo busca, lo respeta y lo renueva. Lo mueve. El arte de Morente va al
tiempo y viene del tiempo; fiel a sí mismo ha creado su estilo en la búsqueda
de la pureza no del puritanismo. No es “cantaor sirviente”. Es artista.
JUAN IBAÑEZ (Ciudad de
México, agosto 1971).
EDICIÓN
ESPAÑOLA:
A finales de ese mismo año, se edita en
España el disco (Hispavox-Clave, 1971). El diseño de la carpeta se mantiene el mismo. En la trasera de
la carpeta, junto al texto de Juan Ibáñez, aparece otro del poeta y crítico
flamenco Manuel Ríos-Ruiz Cinterco (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1934), que
decía lo siguiente:
La voz de ENRIQUE MORENTE es un clamor
dulcemente dolorido, un gran abanico que se abre majestuoso y rítmico. ENRIQUE
MORENTE levanta su redonda voz cantaora y nos parece como si surcara extensos y
hundidos horizontes, mares sin confines, abismos de la historia, cual si arara
en el aire con sus quiebros y sus lloros, o como si dibujara con sus ayes, a
buril, unas pecas de sabor arcaico, mosaicos de arábigos perfiles, alhambras
por los cerros, ENRIQUE MORENTE alza con su solemne voz las mismísimas columnas
del alma andaluza, la filosofía de una comarca, de su raza vieja, hecha copla
ardiente, meditativa, bella como una dalia y, a la vez, retorcida como la raíz
del olivo.
Sí, ENRIQUE MORENTE es un cantaor con son
milenario, con justeza natural para cada estilo, con pleno conocimiento de su
arte, con unas facultades asombrosas para conseguir esa armonía que precisa el
cante entre cabeza y corazón, de ahí su maestría interpretativa y su
personalidad. Pero su gran lección estriba en saber valorar cada tercio por lo
que tiene de sustancial latido humano, en mostrarnos musicalmente el
significado literario de la copla, su mensaje intrínseco, con una limpieza de
dicción admirable y con un vivo sentimiento estremecido de emoción. Todo ello
unido a su poderío, a los matices que consigue remontar, voltear, desde el
pecho a la garganta. Y tan cargado está de sensaciones su cante, que los
conjuros de sus sentimientos podemos, incluso, leerlos en su frente y en sus
manos, porque acompaña su decir con una plástica expresión física,
temperamental y turbadora, de puro genio andaluz, de innata elegancia varonil y
flamenca.
Con ENRIQUE MORENTE el cante ha ganado
dimensión, evolución natural, desde las más recónditas esencias puede decirse
que la ha injertado al cante una cultura poética que ya tiene resonancia
popular -el decir profundo y claro de Machado y Miguel Hernández-, y sobre todo
una sutil donosura, quizás una recuperada o nueva melodía, un hermoso clamor
jondo al compás de nuestro tiempo.
MANUEL RIOS RUIZ
Pero
existe una diferencia en el vinilo: en el corte B1 no aparece el tema “Aceituneros”,
que está sustituido por otro cante, con letra popular. Seguramente se debió a
una “autocensura” de la casa discográfica, que no publicó este cante por
peteneras en España, pues la letra era bastante comprometida
para la época, y que no la grabó ni Paco Ibáñez:
Vuestra sangre, vuestra vida, no la del explotador
que se enriqueció en la herida generosa del sudor.
No la del terrateniente que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente, que os redujo la cabeza.
En Europa apareció
grabado por primera vez en 1974, en un discopirata MP, de seis
canciones, grabado en uno de sus recitales para los emigrantes europeos. Se
llamó “En vivo. Live” y en la carpeta dice: “Enregistrado [sic] en público. Recorded
live. Guitarrista El Monchi”. En el interior contenía una hoja con las letras
escritas a máquina. Entre estas seis canciones estaban: “Que mi voz suba a los
montes” (corte A3) y “Andaluces” (corte B3), que era el tema “Aceituneros”.
Y en España, en
1978, y con el título “Andaluces de Jaén” (título que popularizó Paco Ibáñez). Apareció en un LP colectivo llamado “Himno de Andalucía”, junto a otros temas
de sevillanas de “Amigos de Gines”, “Los romeros de la puebla” y “Los
marismeños”, entre otros (Hispavox, 1978; también producido por José Blas
Vega). Está en el corte A5.
1975-PACO MOYANO:
En 1975, se edita el primer disco LP de
un joven cantaor andaluz (hoy retirado y dedicado a la hostelería), llamado Paco Moyano (Francisco de Asís Fernández
Moyano, Alhama, Granada, 1951). En el disco, llamado “El cante de Paco Moyano”,
que le acompaña en la guitara “Perico, el del lunar, hijo” (Pedro del Valle
Castro: Madrid, 1940), utiliza para sus cantes, además de temas populares, una
canción de Atahualpa Yupanqui y textos de los poetas: Luis Álvarez Lencero (Badajoz,
1923 - Mérida, Badajoz, 1983); Manuel Balmaseda González (Écija, Sevilla, 1857
- Sevilla, 1882) yMiguel Hernández, del que le pone música
a dos cantes:
En el corte A3, unas “bulerías por soleá”,
donde utiliza en la primera estrofa del cante, el poema 82 del “Cancionero y
romancero de ausencias” (1938-1941), pág. 503 O. P. C.
Ni
te lavas ni te peinas
ni
sales de ese rincón.
Contigo
queda la sombra,
conmigo
el sol.
En la segunda, el poema 96 de ese mismo
libro (pág. 508 O. P. C.)
Dicen
que parezco otro,
pero
sigo siendo el mismo
desde
tu vientre remoto.
Y en la tercera, el poema 98, también del
mismo libro (pág. 509 O. P. C.)
¿Quién
llenará este vacío
de
cielo desalentado
que
dejó tu cuerpo al mío?
Y en el corte B2, llamado Polo, utiliza las
estrofas 1 y 4 (versos 1-4 y 13-16) del poema llamado “Cantar”, también del
libro “Cancionero y romancero de ausencias” (1938-1941), pág. 513 O. P. C.
Es
la casa un palomar
y
la cama un jazminero.
Las
puertas de par en par
y
en el fondo el mundo entero.
Alrededor
de tu piel
ato
y desato la mía.
Un
mediodía de miel
rezumas:
un mediodía.
La carpeta abatible, llevaba un texto de
presentación del poeta, periodista y crítico de flamenco Manuel Ríos Ruiz
Cinterco, que dice:
La persistencia del cante flamenco va
unida a una época da revalorización que ha durado dos décadas y que actualmente
exige una especie de renovación sin perder sus más puras esencias. Por ello nos
congratula la aparición de nuevas voces, de cantaores jóvenes dispuestos a
mantener los cánones legítimos, las leyes artísticas que non legaron los maestros
de antaño, sin que esto sea óbice para
intentar la búsqueda, la puesta en hora con el tiempo que nos ha tocado vivir
de un decir genuinamente andaluz que, sobrepasando las características do todo
folklore, se ha constituido en arte con reconocimiento universal.
Uno de los nuevos intérpretes que le han
nacido al cante flamenco es Paco Moyano, natural de Alhama (Granada), quien en
muy poco tiempo ha conseguido la atención de muchos aficionados porque intuyen en
él a un verdadero enamorado de la copla de su tierra en sus estilos más jondos.
Paco Moyano se siente antes que nada responsable como cantaor, de ahí que le
preocupen las formas de los estilos sobre todos los demás matices. Y también el
intento de lograr una personalidad, un algo que distinga su decir sobre las demás
voces del cante. Así, en este su primer L.P. en su primer recital discográfico,
acompañado por 1a cualificada guitarra de Perico el del Lunar, Paco Moyano
interpreta con buen gesto la toná, la siguiriya, la soleá, el polo, la bambera,
la soleá-bulería, la media granaina y los tientos, mezclando los versos
copleros populares y propios con poemas de Miguel
Hernández, Álvarez Lancero [sic], Balmaseda y Atahualpa Yupanqui, en un
deseo de renovar el acervo poético del canto flamenco.
Indiscutiblemente, en Paco Moyano, por
juventud, afición y cualidades cantaoras, existe toda una auténtica promesa del
cante flamenco, como puede comprobarse con la audición de esto disco.
Manuel RIOS RUIZ
1976
- LUIS MARÍN:
En 1976, el cantaor andaluz residente en
el barrio madrileño de Vallecas (muerto tempranamente, con 29 años de edad), Luis Marín (Ronda, Málaga, 1948 -
Madrid, 1978), edita el disco “Cantata de Andalucía”, basada en cantes
tradicionales y en textos (y recitaciones) delescritor Andrés
Sorel (Segovia, 1937). Utiliza además, textos de Antonio Machado y de Miguel
Hernández. De éste, en el cante por Liviana-Serrana (corte A5) canta, en las estrofas
segunda y tercera del cante, los cuatro primeros versos de las estrofas 2ª y 11ª
de las “Nanas de la cebolla” (versos: 8-11 y 71-74), poema 74 del libro
“Cancionero y romancero de ausencias” (1938-1941), págs. 498 y 500 O.P.C. El guitarrista
de la grabación es también “Perico, el del lunar” y el texto de Andrés Sorel que
precede el cante es el siguiente:
¿Que se hizo de los jueces justos, de
las ciencias y letras, de las mezquitas de naranjos, de los florecientes
regadíos, de la Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada arábigas?, ¿qué del
Guadalquivir?, liso vientre de mujer cubierto de verde túnica, uniendo pasado y
presente en un mismo lamento arrastrado a lo largo de seiscientos cincuenta
kilómetros, siempre al encuentro de África, tan presente, cantando.
En
la cuna del hambre
mi
niño estaba;
con
sangre de cebolla
se
amamantaba.
Frontera
de los besos
serán
mañana,
cuando
en la dentadura
sientas
un arma.
LIVIANA SERRANA
1976-PACA
QUINTERO:
Y también este año, la cantante Paca Quintero graba el casete “Las dos
Españas”, en donde, con cante flamenco, canta poemas de Antonio y Manuel
Machado, Pablo Neruda, Rafael Alberti, José Martí y Miguel Hernández. De éste,
en el corte B1, canta “El niño yuntero”, con ritmo de rumba. En la guitarra
está Antonio Zeri.
Como hemos indicado, el poema pertenece
al libro “Viento del pueblo” (1937); págs. 330-331 O. P. C.
1977
- ENRIQUE MORENTE:
Al año siguiente, es de nuevo el cantaor
granadino Enrique Morente, el que
vuelve a los poemas de Miguel Hernández. En su LP “Despegando” compone, a
partir del poema 29 “Elegía”, del libro “El rayo que no cesa” (1934-1935), págs.
251-253 O. P. C., el tema “Compañero” (corte A3).
El guitarrista que le acompaña
es “Pepe Habichuela” (José Antonio Carmona Carmona: Granada, 1944). Utiliza para
el tema, los versos: 1-3, 8-13, 16-18, 22-26, 34-39, y 46-49 de este poema (27
de 49 versos).
COMPAÑERO
1978
- LAVENTA Y ROCÍO LOPERA:
Este
año, la cantante Laventa (que solo
sabemos que se llama Antonia), edita un LP llamado “Al compás del viento”,
donde canta completo por bulerías, el soneto “Casi nada” (corte A1), poema del
mismo nombre, aparecido en 1932 en la revista “El gallo crisis” (pág. 181O. P. C.).
La música es de José Sánchez Gómez Pecino “Pepe
de Lucía” (Algeciras, Cádiz, 1945). Los guitarristas son: “Enrique de Melchor”
(Enrique Jiménez Ramírez: Marchena, Sevilla, 1950 - Madrid, 2012) e Isidro
Muñoz (Isidro Muñoz Alcón: Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 1952), y los arreglos son
de José Miguel Évoras. El dibujo de la portada es un retrato de la artista
realizado por Máximo Moreno (Sevilla, 1947). Utiliza todo el poema, comenzando
la canción con la estrofa “Casi nada casi nada, ay, ay, ay”.
El tema se editó también en disco sencillo.
Manantial
casi fuente; casi río
fuente;
ya casi mar casi río apenas;
mar
casi – casi océano de frío,
Principio
y Fin del agua y las arenas.
Casi
azul, casi cano, casi umbrío,
casi
cielo salino con antenas,
casi
diafanidad, casi vacío
casi
lleno de arpones y ballenas.
Participo
del ave por el trino;
por
la proximidad, polvo, del lodo,
participas,
desierto, del oasis.
Distancia,
de la vena del camino:
por
la gracia de Dios -¡ved!-, casi todo.
Gran-Todo-de-la-nada-de-los-casis.
CASI NADA
Este año, la cantaora “Roció de Lopera”
(Águeda Ruiz Luque: Lopera, Jaén, 1929), edita un disco y una casete, donde
canta el poema “Aceituneros”, con el título “Aceituneros de Jaén”, por
peteneras (corte B3).
CASETE
Utiliza las dos primeras estrofas del poema, y en los
créditos menciona como autor de la música, al cantante Ángel Corpa, del grupo folk andaluz Jarcha, que
grabó este tema tres años antes en su LP “Andalucía vive” (Novola-Zafiro
NLX-1052, 1975). A la guitarra está Vicente “El granaíno” (Vicente Fernández
Maldonado: Granada, 1927).
JUAN TORRES: Villancicos de la Casa de
Andalucía en Barcelona. Escolanía Padres Jesuitas de Barcelona, SG (Belter P-32,
1970).
ENRIQUE MORENTE: Homenaje flamenco a
Miguel Hernández, LP (Hispavox-Gamma GH 10-395, 1971). Editado en México.
---. Homenaje flamenco a Miguel Hernández,
LP (Hispavox-Clave 18 1251 S, 1971); MC (Hispavox-Clave 88 1251, 1976); MC
(Hispavox-Ondina C 20.515, 1982); LP (Hispavox 130 080, 1983); MC (Hispavox 230
080, 1983); CD (Hispavox 7243-83765621, 1996); CD (EMI, 2000); 4CD (EMI Music
50999 7 39460 2 1, 2012) CD 4.
---. En vivo (Disloco DI-751, 1974).
VV.CC.: Himno de Andalucía, LP (Hispavox S
60.045, 1978); LP (Hispavox (30) 130 187, 1984). MC (Hispavox CAJ-11, 1984).
VV.CC.: Viva Andalucía, MC (Hispavox C
60.045, 1978)
ENRIQUE MORENTE: …y al volver la vista
atrás. Sus primeras grabaciones en EMI / Hispavox (1966-1971). Restauradas y
remasterizadas, 6CD (El perro andaluz, 2014).
PACO MOYANO: El cante de Paco Moyano, LP
(Zafiro-CFE-Explosión ES-34115, 1975); MC (Zafiro-CFE-Explosión CE-4115, 1975);
CAR (Zafiro-CFE-Explosión C8E-4115, 1975).
LUIS MARÍN: Cantata de Andalucía, LP
(Movieplay-Gong S-32.817, 1976); MC (Movieplay-Gong 530176, 1976).
PACA QUINTERO: Las dos Españas, MC (Portadores
de sonidos PDS 179549 (304), 1976).
ENRIQUE
MORENTE: Despegando, LP (CBS S 82568, 1977); MC (CBS 40-32175, 1982); MC
(Sony-CBS 484355-4, 1996); CD (Sony-CBS COL/484355-2042, 1996); CD (Sony-BMG
Music 88697354922, 2008).
LAVENTA: Al compás del viento, LP (CBS S
82577, 1978);MC (Velero CSP 40-15242, 1978); MC (Velero CASE-10657,
1978); Cuando me miras, SG (CBS 6910, 1978).
ROCÍO DE LOPERA: Rocío de Lopera, MC
(IB-CAS-001, 1978).