VIENE DE:
La Fundación Rafael Alberti, de El Puerto
de Santa María, es la encargada de difundir la obra y el legado del poeta, para
que su obra siga estando presente y se conozca.
1. Madre, vísteme a la usanza. Es el poema llamado “Ilusión”.
4. Ribera.
8. Ojos tristes.
14. Con él.
En el cuadernillo interior del disco, aparece un texto de María Asunción Mateo (viuda del poeta y presidenta de la Fundación Rafael Alberti) que nos dice:
No
es fácil cantar a un poeta, pero cuando se trata de un poeta universal y sus
versos están en labios de tantos, la dificultad que entraña el atreverse a
hacerlo es mucho mayor. A Rafael, que es un “poeta en la calle”, siempre le
ilusionó que musicaran sus poemas. No cabe duda de que, junto a Lorca, es uno
de los poetas más cantados, populares y queridos de nuestro país.
Fernando
Polavieja, tras muchos años de ir seleccionando sus versos preferidos de
“Marinero en tierra”, les fue poniendo música y cantándolos en diversos y
aplaudidos recitales. Pero es éste su primer disco y en él cumple uno de sus
sueños mayores: cantar a Alberti. Todo un reto. Porque Polavieja ha elegido
para esta grabación algunos poemas que nunca habían sido musicados, y ha
volcado en ellos, además del inmenso respeto ante la obra escrita, esa difícil
comunión en el sentimiento del paisaje que sólo puede darse mediante la
cercanía geográfica y espiritual con la tierra y el latido del poeta. Y es que
ambos han contemplado, desde la niñez, los mismos azules, las mismas calles,
las mismas playas, las mismas rizadas espumas de la bahía gaditana.
Y
es esta interiorización de paisajes y versos albertianos, de acordes y ritmos
del personal mar de Rafael, lo que Fernando Polavieja, con su guitarra y su
personal voz, transmite y contagia a quien lo escucha.
SUEÑO
Los poemas musicados son:
1. Dejadme llorar.
En el cuadernillo del disco, un texto del compositor de la música, Enric Palomar Polo, nos dice:
La poesía de Rafael Alberti es el encuadre perfecto para explorar en música lo que él solucionó con magia literaria: un profundo andalucismo interior que despliega velas a influencias de las nuevas tierras y sus geografías, sus gentes, sus olores...
Con este concepto nace esta obra: cantar Alberti tamizándolo con nuevos sabores, donde el bandoneón o los ritmos autóctonos actúen como evocadores. El instrumento argentino de la pasión al servicio del cante quebrado, a veces lleno de rabia, a veces visionario, a veces suavizando el optimismo. A pesar de la especificidad de la voz flamenca, creo firmemente que tongo y flamenco tiene en común el “lamento”, un elemento inherente a sus músicas.
Bajo el título genérico “Poemas del Exilio”, se engloba una selección de poemas de los libros “Entre el clavel y la espada” (1939-1940) y “Baladas y canciones del Paraná” (1954), que corresponderían básicamente a los inicios de su largo exilio argentino el primero, y la culminación de la nostalgia el segundo. No hay una linealidad cronológica en los poemas, pero sí una línea imaginaria que parte de la desesperación y el desarraigo iniciales hasta un suave optimismo visionario, aún lejos del reencuentro real.
Musicalmente, los poemas conforman una suite para voz flamenca y orquesta de cámara, añadiendo a ésta dos percusionistas. Determinados poemas presentan aprovechamientos más o menos explícitos de lo que llamamos “palos” flamencos. Así, “Dejadme llorar a mares” se inició en la atmósfera de un martinete, que deriva progresivamente a una milonga lenta, de corte casi procesional, angustiosa... “Se ha roto el río” está basado en una célula rítmica derivada de una farruca y encuadrada como obstinada.
Es imposible plantearse un homenaje a Alberti sin unos tanguillos, tan cercanos a los aromas de Cádiz, tierra natal del poeta. “A la soledad me vine” incorpora dentro del ritmo específica contornos de acompañamiento en el bandoneón propios del tango argentino, aún fuera de su métrica habitual. “Eras jardín de naranjas” es uno suite dentro de una suite, mosaica de versos de temática común. El nudo central es un soneto de Alberti entonado como milonga lenta y flanqueado por dos tangos flamencos. “Huele a sangre” es el único tema instrumental de la suite. Es una recreación musical sobre el soneto con ese primer verso inicial. Un rico bandoneón solista dentro de lo fórmula “soleá por bulerías”, con un explícito final quasi minimalista para evocar los bellos últimos versos. Con “Hoy las nubes” se inicia la curva ascendente del optimismo visionario de Alberti. Pieza eminentemente melancólica, de recuerdos mezclados y que da paso o los dos últimos movimientos de la suite: “Cornearás aún y más que nunca”, todo un canto al optimismo de lo que volverá a ser España tras el desastre, y el reivindicativo “Y sin embargo... qué alegre”, también un mosaico de versos de temático común, cerrados por una coda (entonada como el martinete del primer movimiento) con unos maravillosos versos que me perecieron idóneos como conclusivos: “Un día los olivares/ se llenarán de palomas. / Más palomas ese día, / madre, / que halas. / Y también, más que aceitunas, / hijo, palomas”.
Creo que más que ensanchar el flamenco (cuyo proceso es del todo imparable) sí que existe una “manera flamenca de entender lo música”, de desarrollarla desde territorios conocidos, de saborear sus recursos, extenderse en sus potencialidades... de remar en su río aún con barca propia. Me siento profundamente anclado a aquel pensamiento de Tolstoi, cada vez de más arraigo en este mundo tan rápido: “Si quieres ser universal, pinta tu aldea”.
Contar con Miguel Poveda para esta obra es un privilegio. Un privilegio de palabras quietas y de ojos semivelados dispuestos a escucharle. Su ductilidad y su arte llenan de contenido todo aquello que canta.
Se
editó otra versión del disco bajo el título “Verte y no verte”. Los temas que
incluye el CD son:
En el cuadernillo del disco, un texto suyo nos dice:
UN ROMANCE
Este
sueño empezó a gestarse durante la Navidad de 2002, cuando por la inercia que
generó el comienzo del centenario Alberti comencé a releer su obra. Un cálido
romance surgió entre algunos poemas y yo. Me fueron asaltando melodías, ritmos
y armonías, despertando en mí ilusiones que creía perdidas para siempre.
Al
finalizar un concierto en el pueblo sevillano de Burguillos, su alcalde José
Juan López me preguntó que cuándo saldría un disco con esas canciones, sólo
pude contestar que no era fácil encontrar financiación para un producto tan
lejos de las tendencias musicales imperantes. Esa noche, el alcalde,
comprometido con la cultura y la sensibilidad, se ofreció a buscar lo necesario
para que Burguillos y “Claveles y Espadas” estuvieran unidos para siempre.
A
principios de mayo de 2003 junto a un grupo de músicos de talento comenzamos la
aventura en “Valencina Records”.
Quiero
destacar el talento y la importancia del trabajo desarrollado por el gran
maestro y no menos amigo Vicente Sanchis, responsable de los arreglos de
cuerda, que utiliza los violines como cuchillos que cortan el silencio y anudan
la garganta.
Álvaro
Girón, guitarrista versátil, maduro y sensible, ha dejado en el disco detalles
que se saborean. Gracias.
A
Manuel Salado, por su fe y su entrega en la producción de este trabajo. Gracias
también a Pablo Zapata, Manolo Franco, Flector Pérez, Ángel Bonilla, Ramón San
Millán, Antonio Torronteras, Alice Huang, Matthew Gibbon, Javier Rizo, José
Ramón Moreno, Coral Santa Mª de la Rábida, Coro Cuatralbo y Jorge Reyes, porque
no solo aportaron sus conocimientos y su técnica, sino que me regalaron lo
mejor de su inspiración.
Mi
agradecimiento también a Arturo Moya porque ha sabido despertar en mí la fe y
la ilusión. Finalmente, gracias a Francisco González Cabaña, Presidente de la
Diputación de Cádiz por su compromiso con este trabajo. Espero que lo disfruten
porque está hecho con verdad y sentimiento, materiales a punto de extinción.
Pista 4: Quién cabalgará el caballo. Poema del libro “Marinero en tierra”.
Aquí no baja el viento,
Y el poema “Olivares, olivar” (pista 12).
Olivares, olivar...
Es el “Poema 11” del libro “Entre el clavel y la espada, 1939-1940”.
El cantautor valenciano Vicente Monera Mateo edita en 2009 tres poemas de Rafael Alberti en su página web Caleidoscope, donde pone música a poemas de los poetas más conocidos:
https://www.youtube.com/@vicentemonera/videos
El 8 de junio de 2009, el poema “Mi amante”, del libro “Marinero en tierra” (1926).
DISCOGRAFÍA:
ÁNGEL CORPA: Claveles y espadas, CD (Factoría autor SAO 0933, 2004).
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