miércoles, 6 de marzo de 2019

MUSICA CAUTVA: LUIS CERNUDA Y SUS POEMAS MUSICADOS

Si nos ceñimos a lo expuesto en su diario, por Carlos Morla Lynch (París, Francia, 1888 - Madrid, 1969), encargado de Negocios de la embajada de Chile en Madrid en los años 30, publicado por primera vez (aunque expurgado), en 1958 por Aguilar, (aunque usaremos la edición de 2008 de Renacimiento), la primera puesta en música de un poema de Cernuda lo realiza él en Madrid, en julio de 1933, en concreto, en la calle Alfonso XII 48, la vivienda de Morla que daba al parque del Retiro. En dicho diario, bajo el título “Don Manuel Azaña y Federico”, nos dice:

Se charla en el salón y luego se dan a conocer [a Manuel Azaña, en aquellos momentos, Presidente del Gobierno Provisional de la República Española, a Cipriano Rivas Cherif y sus respectivas mujeres, Dolores Rivas Cherif y Carmen Ibáñez Gallardo] las melodías que me han inspirado los poemas de Federico. He creado tres más sobre obras de mis amigos: “Estoy cansado”, de Luis Cernuda; “Ausencia” de Manolito Altolaguirre, y “El aviador” de Rafael Alberti. 

Azaña se interesa y me pregunta cómo se genera mi inspiración. No lo sé. Solo compongo música cuando tengo ganas de hacerlo, espontáneamente, muchas veces sin saber exactamente lo que hago, influido por una emoción, por una poesía que me ha conmovido o por un paisaje. Casi podría asegurar que estas canciones se generan solas. (p. 358).

Hasta esos momentos, Cernuda solo había publicado los libros Perfil del aire (Málaga, 4ª suplemento de Litoral, 1927) y Donde habite el olvido (Madrid, Signo, 1931). Ninguno de esos libros contenía el poema mencionado, que se editó, dentro de la sección Un rio, un amor [1929] (es el poema 11), en el libro La realidad y el deseo (Madrid, Cruz y raya. Ediciones del Árbol, 1936).

Morla conocía el poema a través de la antología poética de Gerardo Diego (asiduo también a sus tertulias de su casa) titulada Poesía española. Antología 1915-1931 (Madrid, Signo, 1932), p. 456, donde se editó el poema por primera vez (la antología contenía 20 poemas de Cernuda). Carlos Morla dice del poeta en otra sección de su diario, que el día que lo conoció: “Me cautivó ese día todo en él, su estampa, su expresión y sus creaciones”. Algo que no fue correspondido, pues en carta al poeta portugués Eduardo de Andrade en 25 de mayo de 1958, comenta sobre Morla que: “guardo recuerdo poco agradable.

También pudo haber consultado la antología La invitación a la poesía (Madrid, La tentativa poética, 1933), editado por Manuel Altolaguirre, y publicado el 27 de enero de 1933, que contiene 19 poemas de Cernuda (Estoy cansado es el sexto poema de los de Cernuda). 

El 14 de febrero de 1938, Cernuda parte hacia Londres, abandonando el territorio español (que no volverá a pisar). Comienza entonces la difusión de su poesía por América, mucho mas que en España, a través de los exiliados españoles de su generación, allí establecidos. En Gran Bretaña, prepara la segunda edición de La realidad y el deseo, que se edita en México (Editorial Séneca, 1940), propiedad de José Bergamín (que se ha establecido en ese país americano). Incluye en él, la sección Las nubes, creado con poemas realizados entre España y Gran Bretaña.






De esta última y nueva parte del libro, toma en 1942 el compositor y pintor mexicano (pero de padres españoles), Salvador Moreno Manzano (Orizaba, Veracruz, México, 1916 - Ciudad de México, 1999) el poema Violetas (poema 29 de la sección; p. 311 P. C.) para ponerle música. Cuando contaba cuatro años de edad, la familia de Salvador se traslada a la capital mexicana. En 1934, con 18 años, ingresa en la “Escuela nocturna de arte para trabajadores Nº 1”, donde estudia y en 1937 se inscribió en el Conservatorio Nacional de la Música, comenzando a componer canciones con gran destreza formal y originalidad lírica y armónica, como el poema Definición de la poeta romántica mexicana Josefa Murillo Carlín. En 1938 la soprano Sonia Verbitzky interpretó por primera vez en público sus obras basadas en poemas de García Lorca, y ese mismo año el propio autor dio a conocer sus primeras obras para piano, en un recital en Radio Universidad Nacional Autónoma de México. En 1941 dos de las principales sopranos mexicanas de la época, Irma González y Lupe Medina, cantaron obras suyas sobre poemas de Ramón Gaya, Edmundo Báez, Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León, en el Palacio de Bellas Artes, acompañadas por Moreno al piano.

Es por estas fechas cuando comienza a conocer la poesía de los exiliados españoles en México Le pone música en 1941 al poema Una paloma, de Emilio Prados y, tras haber leído la edición de Séneca, y haberse identificado con la poesía de Cernuda, le puso música al poema Violetas, a la edad 26 años. Por estas fechas conoce a Juan Gil-Albert, poeta valenciano exiliado en México, secretario de la revista Taller dirigida por Octavio Paz.

Al año siguiente, Rafael Alberti, que se ha establecido en Argentina, y sin la autorización de Cernuda, edita como libro independiente, la sección Las nubes de La realidad y el deseo (Buenos Aires, La rama de oro, 1943).

Y un joven compositor argentino llamado Carlos Vicente Guastavino (Santa Fe, 1912 - 2000), lee este poemario y se identifica plenamente con su poesía.







Guastavino, de familia de músicos, debutó a los cuatro años Y Aprendió música popular rural, de manera espontánea. Estudio Ingeniería Química en la Universidad Nacional del Litoral sin abandonar su actividad como concertista de piano. En 1937, tomó la decisión de dedicarse exclusivamente a la música. Con una beca del Ministerio de Instrucción Pública de su provincia, prosiguió estudios de perfeccionamiento en la capital argentina. Ya establecido en Buenos Aires, tras un paso fugaz por el Conservatorio Nacional de Música, continuó sus estudios de forma privada, con el compositor y pedagogo Athos Palma.


“Las nubes. Tres canciones de Luis Cernuda” lo editó en septiembre de 1944 (con 32 años), y era un tríptico de canciones compuesta por:

1. Jardín antiguo. Poema 23º del libro (p. 297 P. C.)
2. Deseo. Poema 24º del libro (p. 297 P. C.)
3. Alegría de la soledad. Poema 18º del libro (p. 288 P. C.)








El tríptico fue estrenado el 30 de octubre de 1944 en la sala Odeón (calle Esmeralda 367) de Buenos Aires, propiedad del empresario J. P. Carambat, por la soprano española Conchita Badía (Concepción Badía de Agustí: Barcelona, 1897 - 1975), que estuvo exiliada en Argentina hasta noviembre de 1946, fecha en que decide regresar a Barcelona. Le acompañaba al piano el propio compositor. Los tres poemas de Las nubes se interpretaron en segundo lugar, junto a poemas de Blanca Leonor Varela, Gabriela Mistral, Fernando Silva, Juana de Ibarbourou y Rafael Alberti, con música del mismo autor, según el programa de mano conservado en el Archivo Manuel de Falla (Reg. 7.086), y recogido por Pilar Pérez-Iñigo Rodríguez en su Tesis Doctoral inédita: “Carlos Guastavino. Historia de vida, análisis de su obra sobre los poetas españoles de la Generación de 27”.






















Se conserva asimismo, en el archivo Manuel de Falla de Granada, dos cartas de Carlos Guastavino. La primera, de noviembre de 1944, le dice que una de las canciones se la dedicado a él:
Mi muy querido y venerado maestro:


En un paquete aparte, junto con otras dos pequeñas canciones, recibirá usted un ejemplar de la obra “Las nubes”, recientemente editada. Son tres poemas del mismo autor, Cernuda, que forman una pequeña serie. La primera de ellas, “Jardín antiguo”, respondiendo a un sentido de admiración profunda ante usted, querido maestro, y ante su obra, tan hermosa y sincera, me he tomado la libertad de que apareciera dedicada a usted. Le ruego ahora que acepte este mi pequeño homenaje y vea en él mi más hondo sentimiento de afecto y respeto.
Archivo Manuel de Falla. (Reg. 7.086).
En la segunda, fechada el 15 de diciembre de 1944, le envía a Falla el programa de mano del estreno.

También en 1944 Guastavino, interesado por los poemas de Cernuda, compraría la edición mexicana de La realidad y el deseo de 1940 y le pondrá música al poema Déjame esta voz para canto y piano (p. 184 P. C.), poema 14º de la parte IV: Los placeres prohibidos [1931] que, aunque escrito en España, hace mención a la pampa argentino.


Déjame esta voz que tengo
lo mismo que a la pampa le dejan
sus matorrales de deseo,
sus ríos secos colgando de las piedras.



En 1945 vuelve a Cernuda, con otros tres poemas musicados. Se trata de “Tres canciones sobre poesías de Luis Cernuda” para canto y piano, tríptico que consta de:

1. Violetas (p. 311 P. C.). Poema 29º de Las nubes.
2. Pájaro muerto (p. 312 P. C.). Poema 30º de Las nubes.
3. Donde habite el olvido (p. 207 P. C.). Es el poema IX [Era un sueño, aire], de la sección IV (del mismo título), del libro La realidad y el deseo.






Y también en Argentina y ese mismo año, otro compositor se fija en sus poemas. Se trata del Isidro Maiztegui (Isidro Buenaventura Maiztegui Pereiro: Gualeguay, Entre Ríos, Argentina, 1905 - Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, 1996), que edita su ciclo “... Del amor y soledad” para canto y flauta (Buenos Aires, 1945), compuesto por siete canciones sobre poemas de: Juan Ramón Jiménez; Gil Vicente; Pedro Salinas; Luis de Góngora; Antonio Machado; Garcilaso de la Vega y Luis Cernuda, del que pone música al poema Deseo, de Las nubes, que ya le había puesto música el año anterior, su paisano Guastavino. Maiztegui, que en 1927 estaba estudiando en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, abandona esta carrera e ingresó al Conservatorio Nacional de Música y Declamación (1930), para abocarse en forma exclusiva a su verdadera vocación. Tuvo por maestros a Athos Palma (armonía), José Gil (contrapunto) y José André (composición). Fue maestro sustituto en el Teatro Colón (1931-1938) y a partir de 1933 se dedicó también a la composición de música para películas. Vicedirector del Conservatorio de la Universidad Nacional de Cuyo (1940 - 1944) y director del coro de la Asociación Juan B. Justo del Consejo Nacional de Educación (1945-1952).

La obra fue estrenada en Buenos Aires, en 1945, por la Asociación Amigos del Arte, por la soprano Dora Berdichevsky (Buenos Aires, 1917 - La Tablada, Buenos Aires, 2012) y la flauta de Vicente Martucci.

En julio de 1945, Luis Cernuda comienza a residir en Londres y trabaja dando clases en el Instituto Español (dependiente del gobierno de la república de Negrín). Ese año envía el manuscrito de Como quien espera el alba a la Editorial Losada de Buenos Aires.

En 1947 edita en Argentina el libro Como quien espera el alba (Buenos Aires, 1947). Ese año el British Council le concede a Carlos Guastavino una beca en Londres, y tiene la ocasión de conocer al poeta al que le ha musicado siete poemas (anteriormente, había tenido correspondencia con él para pedir autorización para usar sus poemas). En una entrevista realizada por Pilar Pérez-Iñigo Rodríguez para su tesis doctoral (ver bibliografía) el día 15 de julio de 1995 (tenía entonces el compositor 83 años), nos decía de ese encuentro:

Ah, sí, en cambio Cernuda era un ángel. Un hombre introvertido, feo muchacho, tenía unos ojazos grandes, saltones, que se le salían un poco de las órbitas, pero uno se olvidaba de todo charlando con él. Si, lo conocí en Londres. Él estaba exilado allí, y sufría mucho por el clima.

Yo ya le había escrito anteriormente para pedirle autorización para escribir las canciones sobre sus poemas, y en Londres tuve el placer de conocerlo personalmente. Era un hombre joven, triste..., al poco tiempo de volverme yo a la Argentina, él se fue a los EE UU, porque estaba cansado del frío. De ahí también se fue, quizá por el idioma (aunque él dominaba el inglés), a Méjico, donde murió joven, a los cuarenta y tantos, muy joven [realmente, murió con 61 años].


No sabemos si Cernuda escucharía estas canciones sobre sus poemas, ni su opinión al respecto. El poeta se marcha de Londres en septiembre de 1947, para instalarse en Mount Holyoke College, la universidad privada de artes para mujeres, situada en South Hadley, (Massachusetts, EE.UU.), donde va a dar clases ese curso, sobre literatura española.


SALVADOR MORENO (1947)
Durante las vacaciones de verano de 1949, Cernuda visita por primera vez México y se reencuentra con amigos y conocidos allí exiliados: Concha Méndez y su hija Paloma Altolaguirre, Ramón Gaya y Francisco Giner de los Ríos. Gil Albert se había marchado en 1947 a España. Ese verano conoce a Salvador Moreno Manzano, el compositor de Violetas, con el que traba una gran amistad y lo visita en su casa, amistad que se prolongará epistolarmente tras su marcha a EE.UU.

A su regreso, le escribe a Salvador Moreno, diciéndole que quiere regresar a México por las vacaciones de navidad para librearse del frio y la nieve de Massachusetts, pero se le frustran los planes. Le envía libros (seguramente Como quien espera el alba, editado dos años antes en Argentina), y comienza una relación epistolar con él de la que se conservan 12 cartas en el archivo familiar de los herederos de Salvador Moreno. La mayoría de estas cartas fueron editadas en 1981 por Fernando Ortiz, y recogidas por James Valender en su Epistolario1924-1963 (ver bibliografía).

En 1950, Cernuda comienza su última sección de La realidad y el deseo, a la que va a titular Con las horas contadas y también comienza Variaciones sobre tema mexicano, prosa poética sobre sus impresiones y vivencias en ese país.
El 31 de junio, parte hacia Nueva York y México en coche, para pasar de nuevo allí, sus vacaciones de verano. Le comunica a Salvador Moreno que llegará sobre el día 26 o 27 (regresará en septiembre). Éste compone sobre estas fechas, la que será su segunda canción sobre un poema de Cernuda. Se trata de Mutabilidad (p. 344 P. C.), poema 14º del libro Como quien espera el alba [1941-1944], editado tres años antes (en 1947) en Argentina, y que más tarde formaría la sección VIII de La realidad y el deseo.

El 6 de junio de 1951, regresa de nuevo a México en avión y el 16 de octubre, asiste a un concierto de despedida de Salvador Moreno, que se va a París para asistir, como oyente, a los cursos que imparte Darius Milhaud. Ramón Gaya escribe un texto para el programa de mano. Cernuda permanece en México hasta diciembre, en que irá a Cuba hasta enero de 1952 (en noviembre de ese año regresa de nuevo), y Moreno, acompañando a la soprano Sonia Verbitzky, ofrece en Francia ese año, un recital con canciones suyas en el Festival de Musique Mexicaine en la Casa de la UNESCO de París, por lo que los poemas de Cernuda pudieron oírse en la capital francesa.

En 1954 regresa Moreno a México, donde es nombrado presidente de la Asociación Musical Manuel M. Ponce y la Universidad Nacional Autónoma de México edita un libro con todas las canciones compuestas por él hasta el momento (Primera antología de canciones: 1937-1950, UNAM, 1954; la de Cernuda es la canción 12ª), donde está incluida la partitura de Violetas


También ese año, los dos trípticos de Carlos Guastavino se editaron en Argentina por Ricordi Americana.

En México, ese año ofrece un recital la soprano María Bonilla (Cuautempan, Puebla, 1902 - 1990), acompañada al piano por el propio Salvador Moreno, con todas estas canciones y se edita un disco LP con ellas. A propósito de esta grabación, nos dice Miguel Melgarejo:

Una mañana, dentro del Conservatorio Nacional de Música, entra de improviso a su salón de clases, el compositor Salvador Moreno, buscando a Irma González. La maestra [María Bonilla] le pregunta al joven si se le ofrece algo, a lo cual él tímidamente le responde que acaba de terminar de componer su “Antología de canciones” y que busca a Irma para ver si ella estaría dispuesta a cantar su obra. Inmediatamente, la señorita Bonilla le ofrece cantar ella misma la obra y de esta forma estrenan ambos las bellas canciones de este gran compositor.
Por último, después de estrenar en México la Primera Antología de Canciones de Salvador Moreno, graba al lado del propio compositor las Canciones de dicha antología, esta vez con Grabaciones de la Asociación Musical Manuel M. Ponce, A.C., es de notar la maestría con que María canta las 4 canciones en náhuatl.
Miguel Melgarejo: María Bonilla, vida y obra. En: Encuentro Universitario de la Canción Mexicana. 10 de agosto de 2011.

En 1955, Salvador Moreno se establece en Barcelona, para asistir a los cursos de composición de Cristófor Taltabull y aparece la partitura de la canción en el número 9-10 (agosto-noviembre de 1955) de la revista poética “Cántico” de Córdoba, p. 52-53, número especial, homenaje a Luis Cernuda (en 2001, la editorial Renacimiento de Sevilla, editó esta revista en edición facsímil).

Al año siguiente se edita la partitura de Déjame esta voz (Buenos Aires: Ediciones Ricordi Americana, 1956).








Se edita en México, en noviembre de 1962, el libro Desolación de la quimera (México, Joaquín Mortiz, 1962), Cernuda continúa escribiendo a salvador Moreno a Barcelona, donde le cuenta la edición del nuevo libro y le comenta que él nunca va a regresar a España.










En 1963, pocos meses antes de morir Cernuda en México, se editó la partitura del poema Violeta en España, en la publicación “Canciones de Salvador Moreno” (Barcelona, RM, 1963); es la canción 6ª.












Páginas relacionadas:
LUIS CERNUDA Y LA MÚSICA I: POEMAS ESPAÑOLES

LUÍS CERNUDA Y LA MÚSICA II: POEMAS DEL EXILIO
LAS CANCIONES INFANTILES DE LUIS CERNUDA

BIBLIOGRAFÍA:

MORLA LYNCH, Carlos: En España con Federico García Lorca. Sevilla, Renacimiento, 2008.
MORENO, Salvador: Primera antología de canciones, 1937-1950. México, UNAM, 1954.
CERNUDA, Luis: Luis Cernuda. Epistolario inédito. Edición de Fernando Ortiz. Sevilla, Ayuntamiento, 1981. ISBN: 84-500-4650-5
---. Epistolario 1924-1963. Edición de James Valender. Madrid, Residencia de estudiantes, 2003. ISBN: 84-95078-15-5
---. Obras completas: I Poesías completas. Edición de Derek Harris. Madrid, Siruela, 1993. ISBN: 84-7844-187-5
MANSILLA, Silvina Luz: La obra musical de Carlos Guastavino. Circulación, recepción y mediaciones. Buenos Aires, Gourmet Musical, 2011. ISBN: 978-987-22664-9-3
PÉREZ-ÍÑIGO RODRÍGUEZ, Pilar: Carlos Guastavino. Historia de vida, análisis de su obra sobre los poetas españoles de la Generación de 27. Tesis Doctoral (inédita) dirigida por Ubaldo Martínez Veiga y Alfredo Vicent López. Universidad de Sevilla. Departamento de Historia del Arte, 2004.

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