sábado, 6 de abril de 2019

LA POESÍA MUSICALIZADA DE MARIO BENEDETTI

Se ha editado recientemente, en la colección Ensayo de la editorial Verbum, el libro Grillo constante. Historia y vigencia de la poesía musicalizada de Mario Benedetti, de los autores Jorge Basilago y Guillermo Pellegrino. La edición coincide con la conmemoración de una década de su fallecimiento (17 de mayo) y con la próxima celebración del centenario de su nacimiento (14 de septiembre de 1920).

En realidad, es la cuarta edición del libro, tras la aparición en Uruguay y en Ecuador de la primera versión del ensayo: La canción de Mario. Benedetti musicalizado (Seix Barral, 2012; Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2015), texto ganador del primer premio del Concurso Internacional de Ensayo de la Fundación Mario Benedetti de ese año, y de la aparición en Uruguay el año pasado, de este nuevo trabajo que ahora comentamos (Cuatroesquinas Ediciones, 2018), con aportaciones nuevas en entrevistas a cantantes y nuevos datos en canciones y documentos.


La edición de este libro en España (cuyo título está sacado de un poema suyo), supone el acercar al conocimiento de los interesados en el tema, la relación tan estrecha que mantuvo el poeta y narrador uruguayo Mario Benedetti (Paso de los Toros, 1920 - Montevideo, 2009) con los cantantes de la llamada Nueva Canción Latinoamericana, y de la Nueva Canción Española, en los años 70 y 80, además de cantantes de la llamada Segunda Generación de Cantautores, y de bandas de música de muy diversas tendencias (rock, blues, heavy metal, punk, etc.). En total, se recogen 153 versiones musicales originales (aunque, con las grabaciones de canciones de sus poemas, usando versiones musicales ya grabadas, su número ascendería a más de 200).




DE NUESTRA MEMORIA MUSICAL:

Desde la primera canción grabada en 1970 por el grupo uruguayo Los Olimareños, con música  de Héctor Numa Moraes, son muchas las canciones de poemas de Benedetti que nos han acompañado a lo largo de nuestras vidas, y que han constituido la memoria musical de la lucha por las libertades en España. Quién no recuerda, en aquellos recitales que se convertían en auténticos mítines políticos reivindicativos de esa libertad que aún no disfrutábamos en 1976, recién fallecido el dictador, cantar con Luis Pastor aquello de: Con tu puedo y mi quiero / vamos juntos compañeros /… la unidad que sirve es / la que nos une en la lucha.

Y cuando nos enterábamos de la muerte de algún compañero en una manifestación, o en las dependencias policiales, y oíamos... algunos cantan victoria / porque el pueblo paga vidas, / pero esas muertes queridas / van escribiendo la historia. Pues luego nos enteramos de que eso era de un poeta uruguayo llamado Mario Benedetti.



Y cuando Nacha Guevara se vino a vivir a España, huyendo de la dictadura argentina, y en 1982 grabó ese homenaje a la capital andaluza que fue Viva Sevilla y dijo y cantó que Mi patria es la humanidad, también eso era de Benedetti.



BENEDETTI  Y SERRAT
O el gran Joan  Manuel Serrat, uno de los iniciadores de la poesía musicalizada, que en 1985 editó un disco LP dedicado completamente a la poesía de Benedetti, y nos recordó que El sur también existe…








Mario Benedetti murió hace ahora 10 años, pero su poesía es leída y también es cantada por muchos cantantes españoles y latinoamericanos… los grillos aún no han dejado de cantarte.


LOS AUTORES:

Jorge Basilago (Buenos Aires, Argentina, 1974) es coautor -junto con Guillermo Pellegrino- de La canción de Mario. Benedetti musicalizado (Seix Barral, 2012; Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2015), texto breve ganador del primer premio en el Concurso Internacional de Ensayo de la Fundación Mario Benedetti (FMB).

Colaboró en la redacción de varias semblanzas biográficas sobre cantautores latinoamericanos como Chabuca Granda, Víctor Jara, Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui, agrupadas en un libro que Editorial Sudamericana presentó en 2002.

En 2015 se publicó en Uruguay su libro A la orilla del silencio: Vida y obra de Osiris Rodríguez Castillos (Cuatroesquinas Ediciones). También escrito en coautoría con Pellegrino, este trabajo recibió múltiples elogios de público y crítica, por la calidad de su presentación y el rigor de su contenido.


Guillermo Pellegrino (Montevideo, Uruguay, 1968). Es autor de los libros Cantares del alma. Biografía de Alfredo Zitarrosa (Planeta, 1999), Las cuerdas vivas de América (Sudamericana, 2002), Jébele. El cálido blues de los mediodías (Estuario, 2009), Rubén Lena. Maestro de la canción (Banda Oriental, 2009), Alfredo Zitarrosa: la biografía, edición condensada, con nuevos documentos y testimonios (Continente, Buenos Aires, 2011; Sudestada, Buenos Aires, 2013, y Estuario, Montevideo, 2013) y Grillo constante. Historia y vigencia de la poesía musicalizada de Mario Benedetti (Cuatroesquinas Ediciones, 2018), junto con Basilago.

En 2000 obtuvo el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay (MEC) en la categoría Ensayo en historia, biografía y temas afines.

En 2016 el MEC lo designó como uno de los escritores representantes del país en la Feria Internacional del Libro de La Habana, en la que Uruguay fue invitado de honor.

PRESENTACIÓN:

Los autores, en la introducción del libro, nos dicen estas palabras:

CON DANIEL VIGLIETTI
La canción, a modo de antorcha espiritual como las demás artes, ha iluminado los caminos del ser humano desde lo más recóndito de los tiempos y en toda circunstancia. En las victorias y en los fracasos. En el sueño y la vigilia. En la duda y la fe. En la libertad más absoluta, porque quien canta -como la cascada de Tagore- no puede ser completamente esclavo; no hay dique que lo estanque ni caída que lo atemorice. En la Antigua Grecia, hasta solía afirmarse que dioses y semidioses encaraban las más insólitas hazañas con un único objetivo: que los poetas, luego, cantaran sus proezas.

Extendida desde la más pedestre de las penas mortales hasta el último confín de la vanidad divina, es evidente que la canción no reconoce fronteras. De ningún tipo. Cuando toca las fibras adecuadas, esa conjunción de texto y música multiplica las posibilidades expresivas de ambos universos. Olvida incluso las diferencias geográficas, sociales, raciales e idiomáticas. Conmueve e impulsa. Convence. Enamora. Estremece. Deja en el alma un sedimento que, en lugar de aplastarla, la eleva.

EDICIÓN URUGUAYA
Fueron cantores, por obligación iletrada, los primeros poetas de la historia. Y lo serían también muchos otros, desde entonces hasta hoy. La mayoría, a través de voces ajenas que tomaron sus versos escritos, hallaron los ecos musicales que resonaban en ellos y los transformaron en canciones. Algunos, como Mario Benedetti, ni siquiera se habían planteado escribir con una rima o métrica determinadas, para ajustar sus textos a esa doble dimensión comunicativa. Pero asomados a la puerta abierta de la canción, entraron gustosos a compartir la mesa.

Hubo entre los comensales, como en la vida misma, visitantes de ocasión y amigos más constantes. Benedetti estuvo entre estos últimos. Quizás porque le facilitaron la tarea su uso del lenguaje, sencillo y directo, así como su habilidad para la rima y la versificación en casi todas sus variantes. O tal vez por el hecho de que los temas que lo inquietaban -y sobre los que escribía- eran compartidos por infinidad de hispanohablantes: el amor, el dolor, la vida, la muerte, las injusticias, la libertad, las complicidades que hacen de los humanos seres tan semejantes, incluso desde la diferencia.

Lo que no deja dudas es el gusto que nos producen sus canciones a gran parte de los latinoamericanos. Escuchar himnos como Te quiero, Todavía o Por qué cantamos, entre muchos otros nacidos de su pluma, despierta en nuestros corazones el recuerdo de todo aquello que guardan de bueno. Renuevan nuestro compromiso sensible con la especie. Nos impiden olvidar cuándo, cómo y ante qué situaciones es bueno sublevarse y decir basta. Accionan los engranajes sublimes que llevamos dentro, muchas veces sin imaginarlo. Nos muestran, incluso, los tropezones que un artista puede sufrir en ese derrotero. Nos hacen más humanos, si tal cosa es posible. O más conscientes de nuestra condición.

CON VIGLIETTI Y SILVIO RODRÍGUEZ
Este ensayo, queridos lectores, sigue paso a paso las andanzas de Mario Benedetti como hacedor de canciones, solo para comprobar que continúan y se nutren de una larga tradición en la materia. Que, ajenos a las falsas tensiones entre lo culto y lo popular -¿no son, ambas, partes de un todo indivisible?-, sus versos fluyen tan libres y naturales sobre el papel como ante un micrófono. Por eso, al igual que la obra benedettiana, nuestro trabajo trata de ser amigable con quienes se le acercan. Sería imposible encararlo de otra manera. Cualquier intento de hermetismo o academicismo sonaría forzado. Chocaría contra la visceral sencillez de nuestro objeto de estudio.

Creemos conveniente, sin embargo, hacer una pequeña advertencia a las personas que lean este trabajo: los dos primeros capítulos trazan un recorrido histórico de la relación entre la poesía y la música, aunque solo en ocasiones se refieren a la obra de Mario Benedetti. Por supuesto, la información condensada en esos segmentos ilustra y contextualiza mucho de lo que se lee después, pero quienes sientan una acuciante necesidad de encontrarse sin preámbulos con las canciones del autor uruguayo, pueden avanzar directamente hasta el segmento Hagamos un trato (Benedetti y sus musicalizadores) y abordar el resto más tarde. En última instancia, una vez leído, todo libro se transforma en un conjunto de frases que cada lector jerarquiza y ordena según su voluntad.

Un antiguo proverbio chino sostiene que “un pájaro no canta porque tiene una respuesta. Canta porque tiene una canción”. Acaso sea ese el principal motivo del agrado -casi devoción- que nos inspiran las canciones y del enfoque de este texto: la coincidencia en que, como ellas, no tenemos muchas respuestas. Nos sobran insinuaciones, saltos al vacío, búsquedas que serán en sí mismas nuestro único hallazgo. Unas pocas certezas indispensables. Conclusiones siempre sujetas a revisión. Ninguna moraleja.

Y aunque muchas de las páginas que están a punto de leer tienen una historia previa, esta cuarta versión de nuestro ensayo aporta nuevos testimonios, otras perspectivas y documentos al tema que aborda. Además, es la primera vez que este trabajo se edita en Europa, con lo cual es un doble motivo de orgullo y satisfacción presentarlo ante ustedes. Orgullosos y satisfechos, entonces, por contar con posibles nuevos amigos, damos la bienvenida a quienes decidan continuar la lectura luego de este párrafo. Esperamos que disfruten del camino tanto como nosotros lo hemos hecho.

……..

JORGE BASILAGO - GUILLERMO PELLEGRINO: Grillo constante. Historia y vigencia de la poesía musicalizada de Mario Benedetti. Madrid: Editorial Verbum, 2019. I.S.B N 978-84-9074-748-3  

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