lunes, 11 de abril de 2011

ÁNGEL GONZÁLEZ: LA MÚSICA Y YO

ÁNGEL GONZÁLEZ:


Hoy vamos a escribir sobre los cantantes y grupos que han puesto música a poemas del poeta Ángel González Muñiz (Oviedo, Asturias, 1925 - Madrid, 2008). Comenzaremos con los poemas musicados grabados en vida del poeta. Luego continuaremos con los grabados después de su muerte, en la página:

ÁNGEL GONZÁLEZ: CONTINÚAN CANTÁNDOLE:

http://cancionypoema.blogspot.com/2023/02/paco-ortega-nacio-en-ubeda-jaen-en-1957.html

 

Como poeta, es el autor de las siguientes obras:
Áspero mundo (1956)
Sin esperanza, con convencimiento (1961)
Grado elemental (1962)
Palabra sobre palabra (1965)
Tratado de urbanismo (1967 y 1976).
Breves acotaciones para una biografía (1971)
Procedimientos narrativos (1972)

Muestra corregida y aumentada de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan (1976)

Prosemas o menos (1985)

Deixis en fantasma (1992)
Otoños y otras luces (2001)
Nada grave (2008) 

Son muchos los que han cantado sus poemas (a veces dedicándole un trabajo discográfico completo). Comenzaremos como introducción, con un texto suyo del prólogo de su antología poética “La música y yo” (Madrid: Visor, 2000).

 

LA MÚSICA Y YO:


En el principio fue la música, contemporánea de la luz. Cuando el Sumo Hacedor dispuso la batería de focos con los que habría de alumbrar al Universo y dijo “Hágase la luz”, en el mismo instante en que la luz se hizo, la oyó. Según una vieja variante del relato bíblico, declarada herética en tiempos de Prisciliano y anatemizada por los Padres de la Iglesia con tal violencia que nunca más -hasta el día de hoy- se supo de ella, el Creador se sorprendió al escuchar lo que en un primer momento juzgó un ruido atribuible a algún fallo en la mecánica celeste, y temió por su invento. Pero muy pronto, tras un instante de desconcierto que -como todo lo que de Él se trata- pareció durar una eternidad, supo que era la música de las esferas, la melodía que desprendía el cosmos al iniciar el acompasado baile de los astros. Y le gustó; le gustó tanto que, si hemos de creer al falso cronista, subió el volumen de aquella melodía para escucharla mejor mientras proseguía su ingente tarea creativa -ya se sabe que, a muchas personas, especialmente a los obreros de la construcción, les gusta trabajar con música.

 

Así, lo mismo que El Gran Iluminador en el principio de la Creación, yo también advertí la presencia de la música en el principio de mi vida. No se trataba, por supuesto, de la música producida por la maquinaria cósmica, inaudible para los humanos, sino de la emitida por un aparato mucho más modesto: una radio galena que mi padre había comprado a comienzos del siglo pasado. Y, pese a la humildad de aquel artilugio, al oírlo me sentí como Dios: sorprendido y deleitado hasta tal punto que no me resigné a abandonarme pasivamente al encanto de aquel ruido seductor, sino que pretendí hacerlo yo mismo, sentirlo nacer entre mis manos. Y a esa tarea me apliqué durante años con una terquedad tan apasionada como torpe.

 

 

Como resultado de mi empeño logré casi tocarlo con mis dedos en forma de guitarra. Luego lo hostigué en figura de violín, y más tarde insistí en flautas, marimbas y teclados. Hubo algunos momentos, pocos, pero para mí -no digo que para mis vecinos y allegados- muy felices, en los que llegué a creer que lo había conseguido; pero no. Todo era una ilusión, el resultado de confundir el deseo con la realidad. Andando el tiempo, y ya cerca de la vejez, no tuve más remedio que reconocer el hecho decepcionante: la música había sido en mi vida una presencia evasiva, intangible, una especie de manzana de Tántalo que me provocaba con su proximidad y hurtaba el cuerpo, su transparente cuerpo sin materia, en el instante en que mis manos estaban a punto de tocarla.

Ésa fue, muy brevemente expuesta, la historia de mis relaciones con la música, que es ante todo la historia de una frustración. Quizá de una manera no consciente, mi dedicación a la poesía obedeció tal vez a la intención de hacer con las palabras lo que con sonidos puros me estaba vedado.

Porque, aunque no sean lo mismo, la música y la poesía son fenómenos asimilables en virtud a algunas propiedades compartidas. La dos son artes que se producen en el tiempo, secuencias sonoras organizadas en períodos y ritmos que sugieren o intensifican movimientos anímicos, estados sentimentales. Lo que ocurre es que el poder de sugerencia de la música es mucho más intenso y rico que el de la poesía. La música está hecha con sonidos puros, incontaminados, sin referencia a ninguna realidad concreta que no sea la de ellos mismos: no hay nada que interfiera su ilimitada capacidad de producir ensueños. La poesía, en cambio, se hace con palabras, y las palabras conllevan inevitablemente ideas o nociones que orientan y limitan sus posibilidades de sugerencia, aunque no las anulan por completo: la poesía nos seduce no sólo por lo que dice sino también, y en medida muy importante, por lo que expresa irracionalmente su eufonía memorable, que pone la palabra al borde de la música. “La versificación más refinada -dice Tomás Navarro Tomás- es la que con más acierto matiza los efectos del ritmo con los movimientos e insinuaciones emocionales del poema”. Esos efectos de la poesía derivados del ritmo que, hablando en lenguaje figurado, podemos calificar de «musicales», también se con-siguen ocasionalmente por medio de la acumulación de ciertos artificios retóricos: rimas, armonía vocálica, aliteraciones. Pero no debemos olvidar que todo lo que hay en los versos, incluso lo que más la aleja de la lengua usada normalmente, es consustancial a las palabras y a los fonemas que las componen, cuyas funciones significativas nada tienen que ver con las funciones que cumplen las notas musicales. La poesía es un hecho puramente verbal. En consecuencia, habrá que darle la razón a don Miguel de Unamuno: “Algo que no es música es la poesía”.

 

1970-PEDRO ÁVILA:

PEDRO ÁVILA EN PARÍS, EN 1970

Nació en Tánger (Marruecos), pero de padres españoles. Pasó trece años en Francia donde se dedicó a la canción, cantando en francés canciones rítmicas (fue primera voz del cabaret “Folies Berger”), editando un primer EP con cuatro canciones en francés.

 

 

 

 

 

 

Grabó en Francia, en 1970, un disco dedicado completamente a musicar poemas de poetas españoles (Rafael Alberti, Blas de Otero, Ángel González y Miguel Hernández), titulado “El hombre nuevo cantando”. 

Los arreglos fueron hechos por Gerardo Guevara y contó con la guitarra de Raúl Maldonado. Contaba con unos magníficos grabados de José Hernández.

 

 

 

 

Fue editado en España en 1971, aunque con la censura de dos poemas (uno de Blas de Otero y otro de Miguel Hernández). 

En ese disco, Pedro Ávila les pone música a tres poemas de Ángel González:

 

 

 

 

A5. Capital de provincias (Capitale de province)

B2. Alga quisiera ser (Algue voudrais etre), ambas de la sección Sonetos del libro “Áspero mundo”

B3. Donde pongo la vida (La ou je mets la vie) de la sección V del libro “Sin esperanza, con convencimiento” (1961): “Donde pongo la vida, pongo el fuego”.



1974-CLAUDINA Y ALBERTO GAMBINO.

EN ESPAÑA, EN 1974
Forman una pareja de artistas argentinos que llegaron a España a principios de los años setenta (Claudina es de Santa Fe y Alberto de Córdoba), que se unieron en 1969 por su afición a la música, para actuar en los escenarios de Buenos Aires (ella solista y él a la guitarra) cantando temas populares y canciones propias. En 1972 realizan un espectáculo con temas traducidos al castellano de Georges Brassens, grabando un disco con estos temas. También grabaron allí dos discos con María Escudero (del Movimiento del Canto Popular argentino).


Tuvieron que salir de argentina en 1974 por las continuas limitaciones a sus recitales y debido a su compromiso político y social, y tras una gira por Sudamérica terminan en España. Se establecen en Madrid y allí comienzan a actuar en diversas salas (era la época que proliferaban los cantautores y salas de música en vivo.

Su planteamiento estético hace que adquieran popularidad y el productor Alain Milhaud (del sello CFE) les propone editar su primer LP en España en 1974: “Aquí donde nos ven”, en el que incluyen canciones de Viglietti, de Silvio Rodríguez, de Violeta Parra, de Víctor Jara, de María Elena Walsh, temas populares y dos poemas de poetas españoles actuales: Gloria Fuertes y Ángel González, musicados por Alberto Gambino. De este último cantan “La paloma”, poema de la sección “Intermedio de canciones, sonetos y otras músicas” del libro “Tratado de urbanismo” de 1967.
 

1978

Luego editaron “Canción de amor armado” (1975), “Ensayo sobre Brassens” (1975), donde vuelven a grabar temas ya grabados en Argentina, “Quiero decir tu nombre: ibertad” (1976) y “Llamas” en 1978, donde le vuelven a cantar a Ángel González con “Vals de las solas” (canción basado en el poema “Vals del atardecer” de la misma sección y libro que el anterior tema). Luego editaron un LP completo dedicado a los poemas gallegos de Federico García Lorca (“Danza na lua”) y se dedicaron a la producción y dirección artística.
 
 
 
VALS DE LAS SOLAS

 
 1987

ACARICIADO MUNDO (1987)
De regreso a España, Pedro Ávila se reencuentra nuevamente con Ángel González, y comienza a musicar nuevos poemas suyos, cantándolos por locales de moda (especialmente en Libertad 8 y El Comal). Muchas veces los cantó con el propio Ángel González a su lado, y juntos se los veía en las noches de Madrid.
 
Editó con ellos el disco “Acariciado mundo” (RNE, 1987), título tomado de la sección cuarta del libro “Áspero mundo” (1956). En este disco canta doce poemas de Ángel González (incluyendo los tres grabados anteriormente):



A1: La lluvia no te moja. Poema “La lluvia”, del libro “Acariciado mundo”.
 

 
 
A2: Capital de provincia. De la sección "Sonetos" del libro “Áspero mundo”
 

 
A3: Tras la ventana, el amor.
 

 
A4. Voz que soledad sonando. Poema de la sección “Canciones” de “Áspero mundo”.

 
VOZ QUE SOLEDAD SONANDO

A5. Donde pongo la vida. 
 

 
A6. Sin aliento.
 

 
B1. Para nada ahora. Poema “Trabajé el aire, …”, de la sección II de “Sin esperanza con convencimiento” (1961). 


PARA NADA

B2. Vengo de guerrear.
 

 
B3. Alga quisiera ser. Poema de la sección "Sonetos" del libro “Áspero mundo”.
 

 
B4. Amor mío.
 

 
B5. Vean lo que son las cosas.
 

 
B6. Lúbrica Polinesia.







El disco lleva un texto de Emilio Sanz de Soto Lyons (Málaga, 1924 - Madrid, 2007), historiador de cine y crítico de arte que conoció en Tánger, en los años 60, donde residía:
Que la poesía y el canto, en su origen, se funden y se confunden es cosa sabida. O al menos eso dicen. Es fácil de imaginar que así fuera. Aunque lo fácil de imaginar ha originado (en el tiempo) no pocas verdades a medias. Y los que tenemos por costumbre no abstenemos ante la duda, sino, muy al contrario, conservarla como fuente de nuestro siempre débil conocimiento, nos permitimos el lujo (iba a decir la libertad) de opinar a nuestro antojo. La poesía y el canto, por afines, se atraen y se rechazan. Ambas pulsan un mismo deseo. Y la conjunción de un mismo deseo se produce siempre de forma tan inesperada como misteriosa. Es algo más que un encuentro: es un mutuo descubrimiento.

Ni Ángel González es ajeno a la música, ni Pedro Ávila es ajeno a la poesía. No, ya por la esencial razón de ser el uno poeta y el otro músico, sino por la no tan esencial razón de que al Igual que Ángel González conoce y siente la música a fondo, a Pedro Ávila le sucede lo mismo con la poesía. De ahí que la amistad que hoy los une se iniciara dialogando. Fui testigo del inicio de este diálogo paralelo que pronto se convirtió en una poesía y un canto también paralelos.

Entre la poesía de Ángel González y el canto de Pedro Ávila no hay una verdadera fusión. Lejos de afirmarlo a modo de reproche, lo afirmo a modo de elogio. El paso de la fusión a la confusión es no pocas veces imperceptible. Pedro Ávila canta la poesía de Ángel González. Cosa nada fácil.

Ángel González es un poeta de palabras. Al titular el conjunto de su obra poética Palabra sobre palabra se define a sí mismo y define su obra. En uno de sus poemas dice que busca la palabra. Me permito (por amistad) no creerlo. Al igual que Picasso, no busca: encuentra. En su poesía, de improviso, vemos (y sentimos) cómo una palabra salta a solas, brillando con luz propia, convirtiéndose en su palabra. Y esta su palabra, muchas veces en sí anodina, se transfigura en otra palabra que, sin perder nunca su significado original, sin convertirse en signo alguno, nos sorprende en su nueva e inquietante belleza. Y así, palabra sobre palabra, engarza sus poemas, tan privativamente que con tan sólo una estrofa le reconocemos de inmediato. Curiosamente -¿por qué no milagrosamente?... hay tan pocos milagros verdaderos- la poesía de Ángel González es de una insólita peculiaridad, pues en él lo insólito, lo peculiar, es lo sencillo, lo transparente. De ahí que su musicalidad también salte de palabra en palabra, con esa armonía rota, sólo en apariencia, por supuesto, de las cuerdas de una guitarra.

Pedro Ávila ha conseguido -insisto, cosa nada fácil- que su voz, su música, se apropie de la palabra de Ángel González, sin que ésta pierda nunca su inequívoca razón de ser y de estay en el poema.

La poesía no ha sido sumada al canto, y menos aún restada al canto. Ángel González y Pedro siguen dialogando. Y este diálogo de años, lejos de encanecer, se nos aparece cada día más vivo y más sobrecogedor.



Juan Cruz, recordaba la amistad entre Ángel González y Pero Ávila en uno de sus artículos periodísticos:
Sólo una vez le he visto conducir. Era un automóvil de tres puertas, algo desvencijado ya, que guardaba en un garaje de larga estancia, mientras él vivía en Alburquerque. Durante algún tiempo, su amigo Pedro Ávila, nuestro amigo, cantante, carpintero, sastre, cocinero, no sólo cuidó que ese coche estuviera a punto, esperando las manos del poeta que lo iba a manejar, sino que preparó la casa para que fuera el sitio de Ángel González cada vez que volviera de Norteamérica. La casa es un primer piso muy amplio, en la plaza de san Juan de la Cruz, enfrente del ministerio donde el poeta fue funcionario y donde estuvo hasta fecha reciente la estatua del infausto dictador a caballo. 

Pedro la visitaba cada semana, recogía el correo, la abría al aire de la calle, y a veces dialogaba con las cucarachas veraniegas que también aguardaban al poeta, que alguna vez, en alguno de sus poemas, conversa con ellas como si fueran vecinas a las que ya conoce. Esa presencia de Pedro Ávila en la casa y en la vida de Ángel es una metáfora de la vida del poeta: si algo central hay en la vida de este hombre ensimismado y a veces risueño, cantante de madrugada, paseante vespertino y silencioso de las aceras domésticas de la ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida, es el sentimiento de la amistad; cuando volvía a la ciudad de Madrid, se dijo mucho tiempo, y se vuelve a decir cada vez que regresa, los bares y las tertulias, y las librerías y los escritores, paraban un rato para prepararse al nuevo ritmo que iba a imponer el poeta en la ciudad. Y Pedro Ávila, que con él hizo excursiones cantadas, viajes interiores y exteriores, americanos y españoles, configuró durante mucho tiempo, hasta que viajó él mismo a Estados Unidos, lo mejor de la amistad que rodea a Ángel González.
(Juan Cruz: Una manera de andar.)


2000-2009

2002-LUISA PÉREZ:

En 2002 Luisa Pérez (Segovia, 19--) edita el CD “Calambur. Luisa canta a Ángel González” (Está por ver producciones, 2002), producido por Gaspar Payá. Fue presentado, junto al propio Ángel González, en la Casa de Cultura de Rivas Vaciamadrid (Madrid), y en el Teatro Juan Bravo de Segovia. Los temas que contenía eran los siguientes:

 

 

 

1. Para que yo me llame Ángel González (recitado por Quintín Cabrera).

2. Voz que soledad sonando.


 

3. En este instante, breve y duro instante.


 

4. Pétalo a pétalo memorizó la rosa.


 

5. Todos ustedes parecen felices.


 

6. Revelación.


 

7. Geografía humana.


 

8. Calambur.


 

9. Mientras tú existas.


 

10. Poema para imaginarte con exactitud.


 

11. Tras la ventana, el amor.


 

12. Me basta así (recitado por Quintín Cabrera).

13. Acaso un nombre puede modificar un cuerpo.


2002-HENRIC HERNÁEZ:

OH, POETAS SALVAJES (2000)
Es un joven cantante catalán. A los catorce años forma el grupo “Somni” y crea sus propias canciones. En 1980 graba su primer single con dos temas propios. Ha editado los siguientes discos en pequeñas casas discográficas: en 1984 su primer LP “Una foguera de Sant Joan en ple gener”; en 1985 “La tardor a pekin”; 7PM (1986); “Gente” (1987) en castellano; “Arigató” (1988); “Lúltim segon d’un gran somni” (1990); “Llunes del passeig de gràcia” (1993). En el año 2002 graba el CD “Oh poetas salvajes” (52 P.M.), donde le pone música a poemas de Bernardo Atxaga, Juan de Loxa, Mario Benedetti, Cristina Peri Rosi y Ángel González, del que le pone música a dos poemas: “Se lo que es esperar” (corte 11) y “Mientras tu existas” (corte 14), poema de la sección “Canciones” del libro “Áspero mundo”.
 
 

 



2003-PEDRO GUERRA:
 
Nace en Güimar (pueblo de la isla de Tenerife) en 1966. Simultanea sus estudios en el instituto con los de música en Arafo y en el Conservatorio de Tenerife, donde estudia guitarra. A los 18 años se traslada a La Laguna, donde se incorpora a su vida musical. Allí conoce a muchos otros cantautores entre los que se encuentran Andrés Molina y Rogelio Botanz, formando con ellos en 1985 el “Taller Canario de Canción”.
 
La primera experiencia discográfica de Pedro Guerra es de esa fecha, pues participa en el álbum “Nueva Canción Canaria” editado por el gobierno canario (llevaba como nombre artístico el de Pedro Manuel) y será un referente de la nueva canción canaria caracterizada por una fuerte reivindicación social y nacional canario, y por el uso del folclore canario fusionado con música latina y norteafricana. El Taller Canario se convirtió en uno de sus grupos más representativos. Con Taller grabará los discos “Trapera” (1987), “Identidad” (1988), “A por todas” (1989), “Rap a duras penas” (1991).


PÁGINAS INTERIORES DEL DISCO-LIBRO
En 1993 se traslada a Madrid para iniciar su carrera en solitario. Allí se hace frecuente en salas como Libertad 8 y actuará en multitud de locales por toda España, colaborando con otros artistas como músico y compositor. En 1995 publica su primer disco en solitario: “Golosinas”, grabado en directo, en 1997 su segundo “Tan cerca de mí”. Luego vendrían “Mararía” (1998), “Raíz” (1999), “Ofrenda” (2001). En el año 2001estrena un trabajo en torno a la discriminación de la mujer, que publicará en CD al año siguiente con el título de “Hijas de Eva”.


En el 2003 realiza una gira con el poeta Ángel González de la que saldrá el libro-disco “La palabra en el aire”, editado por El Europeo, en el que el poeta recita, y Pedro Guerra canta poemas musicados. Este trabajo contiene 26 cortes que alternan poesía y canto (recita cinco poemas inéditos). Los poemas musicados son los cortes pares (13 en total) y son los siguientes:




2. “Estos poemas” (de la sección “II. La luz a ti debida” del libro “Otoños y otras luces”).
 

 
4. “Así nunca volvió a ser” (del libro “Breves acotaciones para una biografía”).
 

 
6. “Por aquí pasa un río” (de la sección “Acariciado mundo” del libro “Áspero mundo”).
 

 
8. “Me he quedado sin pulso y sin aliento” (de la sección “Sonetos” del libro “Áspero mundo”).
 

 
10. “Tango de madrugada” (de la sección “Intermedio de canciones, sonetos y otras músicas” del libro “Tratado de urbanismo”).
 

 
12. “Donde pongo la vida pongo el fuego” (de la sección V del libro “Sin esperanza con convencimiento”).
 

 
14. “Habanera”. Es el poema “La paloma (versión libre)” de la sección “Intermedio de canciones, sonetos y otras músicas” del libro “Tratado de urbanismo”.
 

 
16. “En este instante breve y duro instante” (de la sección “Sonetos” del libro “Áspero mundo”).
 

 
18. “Son las gaviotas, amor” (de la sección “Acariciado mundo” del libro “Áspero mundo”).
 
 
SON LAS GAVIOTAS, AMOR
 
20. “Mientras existas”. Es el poema “Mientras tu existas”, de la sección “Canciones” del libro “Áspero mundo”.
 

 
22. “Vals del atardecer” (de la sección “Intermedio de canciones, sonetos y otras músicas” del libro “Tratado de urbanismo”).
 


24. “Me bastas así” (del libro “Palabra sobre palabra”).
 
 

26. “A veces, en octubre, es lo que pasa…” (De la sección “Poemas elegíacos” del libro “Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan”



2003-AMANCIO PRADA:

POESÍA NECESARIA (2003)
En el año 2003, y coincidiendo con el IV Congreso Internacional de la Lengua celebrado en Valladolid, fue editado por la Diputación de Valladolid (con la colaboración de la Universidad, el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León) un CD que se tituló “Poesía necesaria con su música”. En él veinte cantautores le ponen música y cantan a otros tantos poetas españoles (menos el poema de Manuel Machado que lo recitan).
 
El trabajo fue coordinado por el etnógrafo y cantante Joaquín Díaz, y los cantantes y poetas seleccionados fueron los siguientes: Gabriel Celaya: “La poesía es un arma cargada de futuro” (Paco Ibáñez); Miguel Hernández: “Nanas de la cebolla” (Joan Manuel Serrat y Alberto Cortez); Pedro Salinas: “Fe mía” (María Dolores Pradera); Manuel Rivas: “La venganza del mar” (Marina Rossell); Ángel González: “Calambur” (Amancio Prada); Federico García Lorca: “Eros con bastón” (Eliseo Parra); Jaime Gil de Biedma: “Amor más poderoso que la vida” (Luis Delgado); Antonio Carvajal: “Porque es menor el mal comunicado” (Javier Ruibal); Rafael Alberti: “De ti” (Rosa León); Antonio Machado: “Retrato” (Alberto Cortez); Jorge Guillén: “Advenimiento” (Germán Díaz); José Hierro: “Las nubes” (Inés Fonseca); Luis Rosales: “Autobiografía” (Carlos Montero); Claudio Rodríguez: “Con los cinco pinares” (Ismael Serrano); Juan Ramón Jiménez: “Desnudos” (Javier Bergia); Luis Cernuda: “Donde habite el olvido” (Javier Paxariño); Antonio Piedra: “Canción de cuna” (Joaquín Díaz); Luis García Montero: “Consejo para ciudadanos pacifistas” (Lorena); Blas de Otero: “A la inmensa mayoría” (Adolfo Celdrán). 

El poema escogido por Amancio Prada para musicarlo: “Calambur” (corte 5), está sacado de la sección “Poesía sin sentido” del libro “Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan” (1976).




2004-MONCHO OTERO:

MONCHO OTERO
Cantante y poeta madrileño. Comienza su andadura musical a mediados de 1995 dentro del movimiento de canción de autor “Nuevos Juglares” (junto a Antonio de Pinto, Ismael Serrano, Legna Leugim y Oscar Montilla). Entre los años 1996 y 1998, realizó junto a Gloria Fuertes diversos recitales en cafés-teatro madrileños con gran éxito de público y crítica que fueron recogidos fonográficamente en trece canciones. También ha colaborado con diversas editoriales de poesía poniendo música a versos de poetas jóvenes y participando en campañas de acercamiento de la poesía a la calle. Es colaborador habitual del “Centro de Estudios de la Poesía” y del “Colectivo Helicón” de San Sebastián de los Reyes (Madrid) en proyectos de divulgación poética.


En 2003 graban un tema suyo en el CD “Primer Certamen Internacional de Cantautores Carlos Cano” patrocinado por el Ayuntamiento de Granada y la SGAE. En 2004 publica su primer disco: “Los hombres no supieron” en el que se recogen once poemas musicados por él entre los que se encuentran Rafael Montesinos, Luis García Montero, José Hierro, Gloria Fuertes, Rubén Darío, Cesar Vallejo, y de Ángel González, pone música al poema “A veces en octubre es lo que pasa”, perteneciente a la sección “Poemas elegíacos” del libro "Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan".
 

En 2006 se incluye el poema
“A veces, en octubre, es lo que pasa”, en la colección editada por la Fundación Autor, “La palabra más tuya”, conmemorativa de los 50 años de canción de autor en España.
 
 
 
 
 
 
 

 
 
También de Ángel González suele cantar en sus recitales el poema “Trabajé el aire” (de la sección II del libro “Sin esperanza, con convencimiento”).

 
TRABAJÉ EN EL AIRE


2004-ENRIQUE MORATALLA:

FABIOLA 11 (2004)
Enrique Moratalla Molina es cantautor y político. Nació en Granada en 1955 y fue uno de los miembros más relevantes del movimiento cultural "Manifiesto Canción del Sur” (1968-1976) formado, entre otros por Carlos Cano, Antonio Mata, Esteban Valdivieso y Ángel Luis Luque. Moratalla se incorporó al movimiento con sólo 17 años y su tema más popular fue “Andaluz en agonía”. Moratalla estaba preparando la grabación de su primer LP, pero dejó en suspenso el proyecto por el servicio militar. Dejó la música y ejerció como psicólogo e inició una actividad política, inicialmente en el sindicato UGT y luego en el PSOE (entre 1996 y 1999 es Delegado Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada, y entre 2000 y 2003 es Viceconsejero, siendo nombrado Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía desde 2004 hasta abril de ese mismo año).

CUADERNO INTERIOR DEL CD
En el año 2001 sala su primer disco, un álbum doble titulado "Corazón Transeúnte", donde colaboras antiguos miembros de Manifiesto, como Antonio Mata y Esteban Valdivieso y escritores como José Saramago (que recita a un poema de Pessoa) y musica a Gil de Biedma Vicente Aleixandre, Juan de Loxa, Fernando Pessoa, Juan Ramón Jiménez y a Federico García Lorca.


En 2004, tras abandonar la política, graba su segundo disco: “Fabiola 11”, en el que le pone música a un poema de Ángel González: “Siempre lo que quieras” (el mismo que en 2008 cantaran Claudina y Alberto Gambino) perteneciente al libro “Breves acotaciones para una biografía” de1971.


SIEMPRE LO QUE QUIERAS


2004-JOAQUÍN PIXAN:

El tenor asturiano Joaquín Pixan (Joaquín Pérez Fuertes, Cangas de Narcea, Asturias, 1950) grabó en 2004 un CD con poemas de Ángel González y música de diferentes compositores como: Enrique Truan Álvarez (Gijón, Asturias, 1905 - 1995); Jorge Muñiz (Friburgo de Brisgovia, Baden-Wurtemberg, Alemania, 1974); Ramón Aniceto Prada Vicente (Cangas de Onís, Asturias, 1930, Oviedo, Asturias, 2014); Milena Perisic (Split, Dalmacia, Croacia, 1963); José Luis Marco Ambite (1941) y Juan Durán Alonso (Vigo, Pontevedra, 1960). Se tituló “Voz que soledad sonando. Música para la poesía de Ángel González” (del poema del mismo título del libro “Áspero mundo”) y se concretó en 18 temas acompañados al piano por Alejandro Zabala y al acordeón por Salvador Parada Sanz y el coro Talía bajo la dirección de Silvia Sanz. En el proyecto de grabación participaron también Julio Muñoz (piano) y Guillermo Pastrana (violonchelo). 

Éstos son los temas:

Con música de Enrique Truan:
1. Trabajé el aire.
 

 
2. Tras la ventana, el amor.
 

 
3. Voz que soledad sonando.
 

 
4. Narración breve.
 

 
5. Vengo de guerrear.
 

 

Con música de Jorge Muñiz:
6. Revelación.



7. Oda a la noche o letra para tango.
 

 
8. Vals de Atardecer.
 

 

Con música de Ramón Prada:
9. Tango de madrugada.
 

 
10. Calambur.
 



 
11. Entonces.
 

 

Con música de Milena Perisic:
12. Luna de abajo.
 

 
13. Ciego.
 

 
14. Aquí o allí.
 

 
15. Levantaste la voz para decirlo.
 

 

Con música de José Luis Marco:
16. Son las gaviotas, amor...
 

 
17. Tras la ventana.
 

 

Con música de Juan Durán:
18. Canción, glosa y cuestiones.
 

 
 

El CD contenía un texto del poeta que decía:
 
Quien canta, convierte las palabras en pájaros
Benjamín Prado.
 
JOAQUÍN PIXAN Y ÁNGEL GONZÁLEZ
Este disco se hizo a propuesta de Joaquín Pixán; una propuesta que yo, conocedor de su profesionalidad y de su solvencia como cantante, no vacilé en aceptar. EI fue quien lo diseño en sus líneas maestras, quien convoco a un grupo de notables compositores y logró interesarlos en mi poesía, y quien eligió a los intérpretes que lo acompañan en esta empresa. Se trata de un proyecto colectivo que, para realizarse, exigió muchas horas de trabajo y grandes dosis de entusiasmo. A todos los que participaron en tal empeño quiero manifestarles mi gratitud, y muy especialmente a Joaquín Pixán, cuya voz es el exponente principal, último y admirable del proyecto que él mismo ideó. No voy a opinar yo acerca de lo que es y contiene este disco. Temo que, si lo hiciera, acabaría incurriendo en vaguedades más perturbadoras que útiles para el auditor. Supongo que no es fácil poner música a las palabras; poner palabras a la música me parece aún más difícil. Y quiero decir que la música es una realidad inasible o inefable, imposible por lo tanto de traducir con palabras. La música solo se explica en su propio lenguaje. No se puede decir lo que es la música o una música; quien quiera saberlo que la escuche. Pues lo que se trata de una realidad inefable, quizá sean las palabras de los poetas las únicas que en sus aproximaciones imaginativas, nos permitan intuir con más hondura el secreto y el misterio de la música. “Quien canta, convierte las palabras en pájaros”, escribió Benjamín Prado. No está mal. Ese verso sugiere de manera muy certera la sorpresa, la altura y la belleza evanescente que pueden alcanzar las palabras cuando una buena canción las devuelve a su sitio que es el aire. Ya lo había dicho otro poeta: “Las palabras son aire y van al aire”. Allí están de nuevo mis palabras, en el alto espacio en el que ahora las sitúa la espléndida voz de Joaquín Pixán. Que tengan feliz vuelo. 

Ángel González
 


BIBLIOGRAFÍA:

GONZÁLEZ, Ángel: Palabra sobre palabra. Barcelona: Seix Barral, 2005.
GONZÁLEZ LUCINI, Fernando: …Y la palabra se hizo música. Madrid: Fundación autor, 2006.

DISCOGRAFÍA:

CLAUDINA Y ALBERTO GAMBINO: Aquí donde nos ven, LP (Zafiro, 1974).
---. Llamas, LP (Zafiro, 1978).
ENRIC HERNAEZ: Oh, poetas salvajes, CD (El europeo, 2000).
ENRIQUE MORATALLA: Fabiola, CD (BMG-Ariola, 2004).
JOAQUÍN PIXAN: Voz que soledad sonando, CD (2004).
MONCHO OTERO: Los hombres no supieron, CD (Vaso Music, 2004).
PEDRO ÁVILA: El hombre nuevo cantando, LP (Le chant du monde, 1970). Editado en Francia.
---. El hombre nuevo cantando, LP (EDIGSA, 1971).
---. Acariciado mundo, LP (RNE N3-200 12C, 1987).
PEDRO GUERRA: La palabra en el aire, CD (BMG-Ariola, 2003).
VV.CC: Poesía necesaria, CD (Diputación de Valladolid, 2003).

3 comentarios:

  1. José, ¡que alegría haberte conocido!
    Hoy he colgado lo de León Felipe... si puedes me lo completas.
    Yo esta noche miro lo de Ángel González, pero en principio percibo que tu trabajo es completísimo.
    Te cuento mañana. Un abrazo fuerte.

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  2. Querido José, muchas gracias por lo de León Felipe.

    Como te conté, la base de datos que tienes sobre Ángel González es completíma. Habría que añadir tres cositas. Te cuento:

    • Hay un disco titulado CALAMBUR. LUISA CANTA A ÁNGEL GONZALEZ (2001). contiene las siguientes canciones: Para que yo me llame Angel González, Voz que soledad sonando, En este instante, breve y duro instante, Pétalo a pétalo memorizó la rosa, Todos ustedes parecen felices, Revelación, Geografía humana, Calambur, Poema para imaginarte con exactitud, Tras la ventana el amor, Me basta así.

    • El grupo VOX 4 en el disco VOCES Y PALABRAS (2005), ha grabado "Introducción a las fábulas de animales" recitado por Nuria Espert.

    • El grupo DESIDENCIA ha grabado el tema "Todos ustedes" en el disco "ANTOLOGIA POÉTICA" (2008).

    Un abrazo fuerte.

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  3. Querido José hace tiempo que no hablamos... ¿Cómo te va la vida?...
    Mañana voy a empezar a preparar un cuelgue sobre Ángel González, como siempre acudiré en tu ayuda a través de tu blog.
    Un abrazo muy fuerte.

    ¡Ah! una cosita, ¿tienes localizada la discografía sobre Ernesto Cardenal? El otro día hablé del disco de Inés Fonseca y tengo la intención de ampliar la discografía... ¿Me puedes ayudar?

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